Estados Unidos y China siguen teniendo «importantes desacuerdos» comerciales después de dos días de negociaciones en Pekín, en las que las dos principales economías mundiales intentan evitar una guerra comercial.

«La delegación tuvo conversaciones francas con los responsables chinos sobre el reequilibrio de las relaciones económicas bilaterales Estados Unidos/China, sobre la mejora de la protección intelectual y sobre la identificación de las políticas que conducen de manera desleal a la transferencia de tecnologías», indicó la Casa Blanca mediante un comunicado.

La delegación estadounidense emprendió el camino de regreso a Washington, donde informarán al presidente Donald Trump del estado de las negociaciones. Tras meses denunciando las prácticas comerciales «desleales» de China, Donald Trump había enviado el jueves a Pekín a una delegación liderada por el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin.

Estas negociaciones son clave, a menos de tres semanas para el 22 de mayo, la fecha en que Estados Unidos podría hacer realidad su amenaza de imponer aranceles a los productos chinos importados por valor de 50.000 millones de dólares.

Pekín ya ha advertido que está dispuesto a replicar con aranceles por valor de hasta 50.000 millones de dólares a productos estadounidenses como la soja, los coches, la carne o el whisky. Pero tras dos días de negociaciones «ambas partes reconocieron que subsisten importantes desacuerdos sobre algunos problemas y habrá que continuar intensificando el trabajo», señaló la agencia oficial Xinhua.

La delegación estadounidense, que también incluía al secretario de Comercio Wilbur Ross y al representante de Comercio Robert Lighthizer, se entrevistó con el vice primer ministro chino Liu He, cercano al presidente Xi Jinping y máximo responsable de la política económica china.

«Tuvimos muy buenas discusiones», dijo el viernes a los periodistas Steven Mnuchin cuando salía de su hotel.

Estados Unidos entregó una «lista detallada de demandas», declaró desde Washington Mark Calabria, consejero económico del vicepresidente Mike Pence, según declaraciones recogidas por la agencia financiera Bloomberg.

Washington quiere que los aranceles chinos sean del mismo nivel que los que impone Estados Unidos, según Calabria.

También pide reducir en 100.000 millones de dólares el déficit en las relaciones comerciales con China, que en 2017 representaron un total de 375.000 millones de dólares, y espera obtener además una mayor apertura del mercado chino a sus productos.