Occidente no logró hasta ahora ponerse de acuerdo sobre sanciones extremas contra Rusia por la invasión a Ucrania, negándose a excluirlo del sistema bancario Swift, debido principalmente a los temores de varios países europeos por su abastecimiento energético.

Los líderes europeos, reunidos este viernes en la cumbre de Bruselas, no decidieron ninguna medida de bloqueo de los bancos rusos de esta interfaz de pagos internacionales, mecanismo esencial de las finanzas mundiales.

La Society for World Interbank Financial Telecommunication, más conocida por sus siglas Swift, es una cooperativa de sociedades financieras, fundamentalmente bancos, a los que presta servicio.

Si las entidades financieras de Rusia quedaran fuera del sistema, la operativa de su banca se vería seriamente complicada porque no podrían hacer ni cobros ni pagos internacionales con el resto de entidades que utilizan este sistema.

A todos los efectos se produciría un bloqueo de las transferencias bancarias con el país, lo que tendría a su vez efectos colaterales, ya que cualquier empresa extranjera que necesite hacer pagos en Rusia no tendría opciones de hacerlo por esta vía.

Varios países, entre ellos Alemania, Austria y Hungría, expresaron reservas, temiendo el impacto de una decisión de ese tipo sobre los suministros de gas ruso.

«Una suspensión de Swift tendría repercusiones masivas para las empresas alemanas en sus relaciones con Rusia, pero también para efectuar los pagos de entrega de energía», indicó este viernes el portavoz del gobierno alemán, Steffen Hebestreit.

Concretamente, este sistema permite, por ejemplo, a un país como Alemania pagar electrónicamente sus compras de gas ruso.

En Hungría, el primer ministro Viktor Orban se congratuló de que las sanciones decididas este viernes «no se extiendan a la energía», garantizando «el suministro de gas a Hungría y a los demás Estados miembros de la UE».

Según el sitio internet de la asociación nacional rusa Rosswift, Rusia es el segundo país después de Estados Unidos en número de usuarios de este sistema, con unos 300 bancos e instituciones miembros, consignó la agencia de noticias AFP.

Bloquear a un país de este sistema se considera una «arma nuclear económica», pues el impacto es importante para las relaciones económicas de ese país con el resto del mundo. Pero desconectar un Estado de Swift es también impedir que sus propios bancos hagan transacciones con los bancos del país castigado.

Un dato que no escapó a las naciones económicamente más dependientes de Rusia, como Alemania. «Siempre hay que tener cuidado de no dañarse a sí mismo más que a los demás. En este caso, las sanciones no tienen sentido», declaró el diputado alemán Jürgen Trittin del partido ecologista.

La medida fue reclamada por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que exigió a sus aliados europeos más contundencia con Rusia y, entre las sanciones que pidió abiertamente figura la exclusión rusa del Swift.

«Algunos» países de la Unión Europea (UE) «han mostrado reservas. Francia no es uno de esos Estados», dijo el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire a la prensa tras una reunión con sus pares del bloque en París, precisando que este asunto se sopesará «en las próximas horas».

El primer ministro británico Boris Johnson abogó este jueves en la reunión del G7 por una medida de este tipo, según un portavoz.

El premier dijo que está trabajando para persuadir a los otros Estados para que excluyan a Rusia del Swift, una medida que podría afectar entre el 20% y el 30% de sus transacciones y reducir su PBI hasta un 5%

«Queremos que (Swift) sea desactivado. Otros países no lo quieren», lamentó el ministro de Defensa británico Ben Wallace en la cadena BBC.

El presidente estadounidense Joe Biden aseguró este jueves que cortar a Rusia de la red Swift sigue siendo «una opción», y reconoció que «actualmente no es una posición compartida por los europeos».

En 2014, poco después de la anexión de Crimea por parte de Rusia, la opción había sido discutida, pero finalmente abandonada.