Tras siete años de investigación, el procurador de París solicitó el enjuiciamiento por acoso moral de la empresa France Telecom-Orange y de su ex presidente Didier Lombard por su responsabilidad en la ola de suicidios entre 2008 y 2009.

En 19 meses, por lo menos 35 empleados se quitaron la vida, según fuentes, fueron incapaces de resistir la estrategia de «management por medio del estrés» que aplicó la dirección para aumentar la productividad, reducir personal, bajar costos y erradicar el «espíritu de empresa pública» que imperaba en una compañía que dejó parcialmente la órbita del Estado en 1996. Esa presión se intensificó en 2003 con la compra de su competidor británico Orange: en seis años, el personal disminuyó 30%.

«Conseguiré las renuncias como sea: por la ventana o por la puerta», había declarado Lombard en octubre de 2006 ante un grupo de dirigentes de France Telecom.

En casi todos los casos, los suicidas acompañaron su drástico gesto con testimonios de sus sufrimientos destinados a mostrar la intensidad de su angustia. Una empleada se arrojó desde la ventana de su oficina. Sobre su escritorio dejó una carta que describía en forma minuciosa su desasosiego.

El caso más impactante fue el suicidio de Michel Deparis, un experto en redes celulares que para evitar errores de interpretación sobre su gesto dejó una carta particularmente clara: «Me suicido por culpa de mi trabajo en France Telecom (…) No hay ningún otro motivo. La única razón es el trabajo».

Pero además cada día se producían casos de depresión y nuevos intentos de suicidio: uno de los más espectaculares ocurrió en Troyes. En plena reunión de servicio, un empleado de 49 años se clavó un cuchillo en el abdomen al enterarse de que su puesto sería suprimido.

Si el tribunal acepta ahora iniciar un proceso, France Telecom-Orange se convertiría en la primera empresa del principal índice bursátil francés enjuiciada por acoso moral, y su caso sentaría jurisprudencia sobre el primer escándalo de acoso a gran escala en una empresa de ese tamaño.

Orange cuenta actualmente con unos 262,9 millones de clientes en todo el mundo, sus efectivos se elevan a 155.000 personas (98.000 en Francia) y su facturación mundial asciende a 40.240.000 euros.