Francia prepara una hoja de ruta para la vuelta a la normalidad después de que se termine dentro de dos semanas el aislamiento impuesto en el país para mitigar el impacto del coronavirus.

El primer ministro francés, Édouard Philippe, mantendrá reuniones entre este sábado y el domingo para definir cuestiones consideradas esenciales, entre ellas las vinculadas al transporte, la distribución de mascarillas y la realización de test para detectar la Covid-19.

Sin embargo, las autoridades -que en el último recuento reportaron 124.114 enfermos y 22.614 muertes por coronavirus– no quieren precipitarse a tomar decisiones anticipadas.

El ministro de Salud, Olivier Verán, dijo que el objetivo que persiguen es llegar a hacer entre 500.000 y 700.000 test semanales cuando el próximo 11 de mayo se levante el confinamiento y precisó que actualmente están realizando unas 50.000 pruebas diarias.

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Las autoridades coinciden en que hacerle la prueba a los más de 60 millones de franceses sería «imposible», por lo que se dará prioridad a los sospechosos y a quienes hayan estado en contacto con casos confirmados de coronavirus, informó la agencia de noticias EFE.

El presidente francés, Emmanuel Macron, dejó claro el jueves en una videoconferencia con alcaldes que el desconfinamiento progresivo debe elaborarse a través de una colaboración estrecha con los distintos representantes territoriales.

Lo que ha trascendido hasta el momento muestra que el rumbo todavía no está claro: el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, avanzó el 21 de abril que la vuelta a las clases sería paulatina a partir del 11 de mayo, pero dos días después el Ejecutivo señaló que contempla que el regreso sea voluntario.

«El Gobierno está transformando un rompecabezas para él en un rompecabezas para los alcaldes», se quejó esta mañana el presidente de la asociación de alcaldes de ciudades pequeñas, Christophe Bouillon, en declaraciones a la emisora radial Europe 1.

Por otro lado, está agrandado para el 5 de mayo un debate parlamentario en la Asamblea Nacional (Diputados) sobre el desconfinamiento.

Mientras, el Ejecutivo se ha dedicado en parte a tranquilizar a los sectores económicos más afectados.

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El ministro de Economía, Bruno Le Maire, se reunió el viernes con representantes del sector de la restauración y, aunque destacó que la fecha de reapertura de bares y restaurantes no se fijará hasta antes de finales de mayo, amplió su fondo de ayudas a negocios de hasta dos millones de facturación, uno más que antes.

«Entiendo la impaciencia del sector, pero debemos evaluar los efectos del principio del desconfinamiento para poder pasar a la siguiente etapa. Nada sería peor que dar demasiado precozmente una fecha a los profesionales del turismo y después aplazar las reaperturas por razones sanitarias», sostuvo hoy el secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Jean-Baptiste Lemoyne, en declaraciones al diario Le Figaro.

Le Maire también había indicado que Air France recibirá 7.000 millones de euros de préstamos bancarios y del Estado para afrontar la crisis provocada por la pandemia, mientras se negocia con Renault otro de unos 5.000 millones.