El diario chino en inglés Global Times publicó el 7 de septiembre un editorial que refleja muy claramente la dureza con la que ven los formuladores de la política en China las perspectivas de la relación de China con Estados Unidos. Helga Zepp-LaRouche, presidente del Instituto Schiller advirtió que, este cambio de opinión que se ha venido desenvolviendo a medida de que avanza sin obstáculos el ataque macartista contra China, es un factor estratégico de primer orden, al cual deben poner atención los estadounidenses sensatos.

“Gracias a las élites gobernantes en Estados Unidos, que han logrado exacerbar enormes prejuicios y hostilidad hacia China”, cualquier mentira sobre China puede “difundirse en Estados Unidos sin ningún obstáculo”, y no hay “ninguna fuerza hoy en Estados Unidos” que se le oponga, dice el Global Times en su editorial. Es muy poco lo que los chinos pueden hacer ahora para “instar a la sociedad estadounidense a que se restaure una comprensión objetiva de China”, de modo que hasta que Estados Unidos no comience a “autoexaminarse”, China debe concentrar sus esfuerzos en otros países de Occidente, de los cuales espera que no “van a caer en la misma mentalidad emocional en contra de China”.

La editorial menciona como ejemplo de esta situación el hecho de que se acepta en general la declaración del Presidente Donald Trump, de que China tiene más muertos por COVID-19 que Estados Unidos, cosa que es “toda una mentira”.

“Se ha forjado en la opinión pública estadounidense que es políticamente correcto que la gente pueda difamar a China como les dé la gana… en vista de la posición antichina en Estados Unidos. Cuando se trata de temas relacionados a China, desaparece en la sociedad estadounidense el espíritu de la búsqueda de la verdad a partir de los hechos. Las élites políticas y los medios de comunicación han encabezado la construcción de esta cortina de hierro de la opinión pública estadounidense sobre China. Esto ha llevado a una competencia feroz entre los dos partidos respecto a quién es más duro contra China, lo que a su vez ha eliminado lo que quedaba como posibilidad para que algunos estadounidenses tuvieran un entendimiento objetivo de China”.

El editorial mantiene la esperanza viva todavía, de que cuando se trate de los intereses más importantes de Estados Unidos, la gente va a recordar que “mantener el intercambio comercial y cultural es del interés de los estadounidenses”, y que la idea de “desacoplarse de China” no se va a implementar.