El gobierno de China prepara un paquete de medidas para reactivar la economía del país, con el acento puesto en el aumento de las exportaciones y el apuntalamiento a las empresas, que serán presentadas de manera oficial en marzo durante la sesión anual del Poder Legislativo.

Las medidas fueron esbozadas ayer por el primer ministro chino, Li Keqiang, en una reunión del Consejo de Estado, en la que el funcionario admitió que el país se enfrenta a un «trabajo abrumador» para mantener el crecimiento económico, según publicó hoy el South China Morning Post y reprodujo la agencia EFE.

«Debemos seguir de cerca la situación y prepararnos para dar soluciones lo antes posible», dijo el primer ministro a sus colaboradores al referirse al peor resultado de incremento anual del PIB en 25 años y a las continuas caídas del mercado bursátil.

Li urgió a estabilizar el crecimiento de las exportaciones, frenar el declive de beneficios en el sector manufacturero y profundizar las reformas de las grandes empresas estatales a través de políticas monetarias y fiscales.

El gobierno «debe prestar mucha atención» a la preocupación por el vaivén del mercado bursátil, que cayó repetidamente desde comienzos de 2016, con pérdidas superiores a todo lo ganado en 2015, pese a los intentos del Ejecutivo de tenerlo bajo control.

Hasta entonces, el premier indicó que buscará opiniones y consejos de los gobiernos locales y de agencias.
«Las soluciones siempre superan las dificultades», afirmó y anunció que se tomarán “medidas sustanciales que darán resultados».

El Ejecutivo chino se concentró hasta ahora en tratar de impulsar las pequeñas y medianas empresas para fortalecer la demanda interna, entre otras iniciativas.

Las cifras divulgadas el martes por la Oficina Nacional de Estadísticas confirman el gradual enfriamiento de la economía, que creció a un ritmo anualizado del 6,8% en el cuarto trimestre del año pasado (tras un 7 por ciento en los dos primeros y un 6,9% en el tercero) y anticipan nuevas medidas monetarias de reactivación.

El dato final del 6,9% supone el incremento anual del PIB más bajo en los últimos 25 años, pero se corresponde con las previsiones del Gobierno chino, que se había fijado el objetivo de un aumento de «alrededor del 7%» para el pasado ejercicio.