Irán y seis grandes potencias – entre ellas Estados Unidos – retomaron este lunes en Viena las negociaciones con el objetivo de rescatar el acuerdo nuclear de 2015 que limitaba la actividad atómica de la República Islámica.

«La delegación de la República Islámica de Irán está en Viena con la firme determinación de lograr un acuerdo y confía en que las conversaciones sean fructíferas», declaró a la prensa el portavoz del ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Said Khatibzadeh.

El inicio del encuentro comenzó hacia las 14 (las 10 en la Argentina), precisaron fuentes diplomáticas citadas por la agencia de noticias AFP.

«Si Estados Unidos llega a Viena con la determinación de salir del callejón sin salida y superar los problemas en los que no estábamos de acuerdo en precedentes negociaciones, la vía del diálogo será claramente más fácil», añadió.

En junio, los negociadores habían culminado una primera fase de conversaciones con un tono positivo, diciendo que se estaba «cerca» de un acuerdo, pero la perspectiva cambió con la llegada al poder del presidente ultraconservador iraní, Ebrahim Raisi.

El acuerdo de 2015, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (Jcpoa), por sus siglas en inglés), contemplaba levantar algunas sanciones económicas contra Irán a cambio de límites estrictos a su programa nuclear.

Teherán y las potencias sellaron el acuerdo en 2015, pero Estados Unidos se retiró del acuerdo en 2018, y aplicó sanciones a la República Islámica durante el mandato del expresidente Donald Trump, lo que significó que Teherán retomó sus operaciones de enriquecimiento de uranio por encima de los niveles definidos en el entendimiento.

Irán ignoró durante meses los llamados de países occidentales de reiniciar las conversaciones, mientras fortalecía su programa nuclear.

Antes de este encuentro en Viena, el enviado estadounidense para Irán, Rob Malley, había dicho que la actitud de Teherán «no augura nada bueno para las conversaciones».

En los últimos meses comenzó a enriquecer uranio a niveles sin precedentes y restringió las actividades de los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la agencia de la ONU a cargo de supervisar las instalaciones iraníes.

El director del OIEA, Rafael Grossi, visitó Teherán la semana pasada con la esperanza de abordar varios puntos contenciosos entre la agencia e Irán.

Sin embargo, dijo al regresar que no había logrado avances en los temas que planteó.

Para no agravar la situación, diplomáticos occidentales decidieron no presionar por una resolución crítica de Irán la semana pasada durante la reunión de la junta de gobernadores del OIEA.

Sin embargo, Estados Unidos dijo que convocaría una reunión especial de la junta en diciembre si continúa el estancamiento.

«La renuencia de Irán de alcanzar un compromiso relativamente claro con el OIEA es negativo para el próximo diálogo», según Henry Rome, especialista de Irán del Eurasia Group.

Un punto especialmente preocupante para el OIEA es una unidad de fabricación de componentes de centrifugado en Karaj, cerca de Teherán.

El OIEA no ha tenido acceso a las instalaciones desde que sus cámaras fueron dañadas por un «acto de sabotaje» en junio.

Irán acusó a su archirrival Israel de atacar la planta.

Las conversaciones se celebrarán en el hotel Palais Coburg de Viena, donde se firmó el acuerdo de 2015.

Además de Irán, estarán diplomáticos de Reino Unido, China, Alemania, Rusia y Francia.

Estados Unidos participará de manera indirecta.

El embajador ruso ante la ONU en Viena, Mijaíl Ulyanov, señaló que las conversaciones habían sufrido «una pausa muy larga», y por ello, «hay una necesidad obvia de acelerar el proceso».

Estados Unidos advirtió que hará «otros esfuerzos (…) para abordar las ambiciones nucleares iraníes» si fracasa el diálogo.