El gobierno israelí comenzó este domingo la semana con una aceleración del desbloqueo de medidas de prevención ante el coronavirus y permitió la apertura de todos los comercios con salida a la calle, una decisión criticada por expertos y algunos miembros del Ministerio de Salud, cuyo titular, Yaakov Litzman, anunció su decisión de renunciar.

Ante la reapertura casi total de los comercios, que incluye peluquerías, salones de belleza y restaurantes para llevar, los israelíes salen a la calle con medidas de prevención desalineadas en busca de cierta normalidad, mientras que la vida cultural sigue anulada y el bloqueo se mantiene en las mezquitas durante el mes Ramadán.

Sin embargo, varios analistas y hasta miembros de alto rango del Ministerio de Salud cuestionaron la veloz desescalada, denunciaron la falta de un plan claro y preciso de reapertura de la economía y exigieron que se hagan cumplir con severidad las reglas de distanciamiento social.

Hoy podía verse en las calles a la gente haciendo cola para entrar a los comercios, intentando no siempre con éxito, respetar la distancia y el uso correcto del tapabocas. Algunos lo llevaban en el mentón, otros colgando de la oreja, muchos no se tapaban la nariz y otros se los quitaban para hablar, sin que la Policía hiciera mucho más que algunas multas, según consignó la agencia EFE.

Las críticas del Ministerio de Salud se deben en parte a que los casos de infecciones volvieron a repuntar el miércoles después de haber registrado un número diario de recuperaciones por encima de los contagios.

Aunque las críticas más fuertes se deben al toque de queda de lunes a martes, por el Día de los Caídos, y otro más de martes a miércoles, para evitar aglomeraciones durante los festejos del Día de la Independencia.

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La cartera de Salud ya había criticado la velocidad del desbloqueo la semana pasada, cuando cientos de compradores se amontonaron en las sucursales de la cadena Ikea que ya tenía permiso del gobierno para volver a funcionar.

El jefe de los servicios de salud pública del ministerio, el profesor Seigal Sadetzky, señaló el sábado que el gobierno está aliviando las restricciones demasiado rápido y sugirió que fuera más gradual, según consignó el diario Haaretz.

Sin embargo, fue desde el mismo Ministerio de Salud que se fijaron criterios indulgentes para facilitar el alivio de restricciones: menos de 300 casos diarios y menos de 300 pacientes en estado grave al mismo tiempo.

Por su parte, el ministro de Salud, Yaakov Litzman, muy criticado por su manejo de la crisis del coronavirus, quien dio positivo en un test de coronavirus a principios de este mes, le comunicó ayer al primer ministro, Benjamín Netanyahu, que planea renunciar a su cargo.

El anuncio llega mientras el líder de Likud espera que el jueves el Tribunal Supremo decida si puede continuar en su cargo pese a estar acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza.

El lunes pasado, Netanyahu y su principal contrincante en las elecciones, el ex general del Ejército Beny Gantz, alcanzaron un acuerdo para cogobernar el país, luego de tres elecciones en un año y medio sin poder formar gobierno.

En sus primeras etapas, Litzman excluyó a la comunidad ultraortodoxa de las regulaciones de distanciamiento social, permitiendo que los baños públicos y las sinagogas permanecieran abiertas, incluso prometiendo que el mesías vendría y pondría fin a la epidemia.

Hasta ahora, Israel cuenta con 15.398 casos positivos y 199 muertos, según datos oficiales.

En Cisjordania, se diagnosticaron hasta ahora 480 casos hasta ahora, de los cuales dos murieron, mientras que en Gaza hay 17 infectados, de los cuales ocho ya se recuperaron.