La economía de Alemania perderá más de 266.000 mil millones de dólares  como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, según un estudio del Instituto de Mercado Laboral y Formación Profesional (IAB) de ese país.

«Debido a los efectos de la guerra, el repunte económico posterior a la pandemia del Coronavirus no se materializará», sentenció Enzo Weber del IAB, en un informe difundido por la agencia de noticias DPA y del cual también participaron el Instinto Federal de Formación Profesional y la Sociedad de Investigación Económica Estructural.

De acuerdo con los investigadores, el aumento de los precios de los combustibles fósiles causado por la guerra es el “principal freno económico”, al ser Alemania un país especialmente dependiente del suministro de Rusia.

Según las previsiones, el Producto Bruto Interno (PBI) alemán retrocedería 1,7 % el año próximo.

Los problemas de la economía, además, tendrán su correlato social: para el año próximo podrían emplearse 240.000 personas menos y se estima que, en promedio, entre 2022 a 2028 el mercado laboral se reducirá en 150.000 empleados al año, para luego comenzar un camino ascendente.

Entre los sectores más afectados se encontrarían el de la hostelería, los servicios sociales y la producción de alimentos.

Del mismo modo, la industria química y la producción metalífera también recibirían un impacto debido a ser intensivos en el consumo de energía.

Para las previsiones, los economistas partieron del supuesto de que las sanciones contra Rusia seguirán vigentes hasta el año 2030, incluso aunque la guerra haya terminado para ese entonces.

En lo que va del año, la principal economía de Europa se expandió un 0,8 % anual en el primer trimestre para luego estancarse sin cambios en el segundo trimestre, de acuerdo con los datos del Instituto de Estadísticas de Alemania (Destatis).

«El marco dificultoso de las condiciones de la economía global, incluyendo la pandemia de Covid-19, las interrupciones en las cadenas de suministro y la guerra en Ucrania claramente se reflejan en el desarrollo económico a corto plazo», señaló el organismo oficial con sede en Wiesbaden.

Dentro del último índice de inflación del mes de junio (que marcó una suba interanual de 7,6 %), los precios de la energía lideraron entre todas las categorías con un incremento de 38 % interanual y el gas natural subiendo 60,7 %.

Frente a la situación, el gobierno de Olaf Scholz instó a la población a reducir el consumo eléctrico mientras, a largo plazo, busca alternativas como la provisión de Gas Natural Licuado (GNL) de otros países.

Como respuesta, ciudades como Berlín implementaron medidas de ahorro de energía que incluyó el apagado de la iluminación nocturna de edificios emblemáticos mientras grandes firmas como Thyssenkrup, Volkswagen o Mercedes-Benz implementaron planes de racionalización o acudieron a fuentes alternativas de energía para sustituir al gas.

En tanto, la Asociación Alemana de Inquilinos advirtió este lunes que «millones de personas» no podrán pagar la calefacción debido al alza de las tarifas.

Antes del conflicto de Ucrania, Alemania compraba el 55 % de su gas a Rusia, una cuota que se redujo al 35 % hacia junio, pero que deja al país a merced de los cortes de gas que decida Moscú.

Diversos especialistas, como el CEO del Deutsche Bank, Christian Sewing, consideran como un hecho de que Alemania entrará en recesión en caso de que se produzca un corte total en el suministro de gas por Rusia.