La inclusión de la oposición venezolana -enviada por el «presidente» Juan Guaidó- a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que tuvo lugar entre jueves y viernes en la ciudad colombiana de Medellín, despertó la protesta de varias naciones de Iberoamérica y del Caribe, así también como de Uruguay.

En un clima tenso donde el representante uruguayo abandonó la reunión, también hubo reclamos similares por parte de México, Bolivia, Nicaragua, Trinidad y Tobago, Granada, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Surinam y República Dominicana.

Ariel Bergamino, subsecretario de relaciones exteriores del país oriental, advirtió que si la Asamblea «convalida estas credenciales, está por la vía de los hechos reconociendo un nuevo gobierno de Venezuela y en eso Uruguay no puede transar ni debería permitirlo ninguna nación democrática de este continente”.

Mientras que la delegación mexicana expresó: «En virtud de las inconsistencias y las irregularidades identificadas, que carecen de fundamento jurídico y van en contra de los documentos fundacionales de la OEA, México se reserva el derecho a cuestionar la validez de todos los actos y decisiones que emanen de la Asamblea General de la OEA».

«Este teatrito seguramente fue organizado por Luis Almagro, el rabiosamente anglófilo secretario general de la OEA, que abiertamente respalda la intervención militar en Venezuela bajo la tutela de la doctrina británica de la dizque responsabilidad para proteger, con el fin de derrocar a Nicolás Maduro», publicó Larouche.

Foto: AFP.