La junta militar de Myanmar anunció este viernes las primeras ejecuciones judiciales desde 1990, incluyendo la de un ex miembro del partido de la antigua dirigente Aung San Suu Kyi y un conocido activista pro democracia, ambos condenados por terrorismo.

Cuatro personas, entre las que se encuentran Phyo Zeya Thaw, antiguo diputado y miembro de la Liga Nacional para la Democracia de Aung San Suu Kyi, y el activista pro democracia Ko Jimmy, «fueron condenadas a la horca según los procedimientos penales», explicó el vocero de la junta Zaw Min Tun, citado por la agencia de noticias AFP.

Después de tomar el poder el año pasado, la junta militar condenó a muerte a decenas de opositores para reprimir la disidencia, aunque todavía no se llevó a cabo ninguna ejecución.

Phyo Zeya Thaw, que fue arrestado en noviembre, fue condenado en enero por infringir las leyes antiterroristas.

Y el conocido activista pro democracia Kyaw Min Yu, conocido como Ko Jimmy, recibió la misma pena.

El vocero de la Junta afirmó que los condenados «prosiguieron el procedimiento penal y apelaron, enviando una carta para modificar la sentencia», pero «el tribunal lo rechazó» y agregó que todavía no se fijó la fecha de las ejecuciones.

La semana pasada, un tribunal de la Junta condenó a la derrocada líder civil Aung San Suu Kyi a cinco años de cárcel por corrupción, en medio de numerosas acusaciones en su contra.

La Premio Nobel de la Paz, de 76 años, que permanece con prisión domiciliaria en la casa de su familia en Rangun, ya fue condenada a seis años de prisión por incitación contra los militares, violar las reglas anticovid y una ley de telecomunicaciones.

El golpe de Estado que la derrocó el 1° de febrero de 2021 generó protestas y revuelo en todo el país, que los militares reprimieron por la fuerza pública.

Desde el golpe, más de 1.700 personas han muerto y más de 13.000 fueron detenidas en la represión contra los disidentes, según un grupo local de monitoreo.

Muchos otros aliados políticos de Suu Kyi también han sido detenidos desde el golpe, incluyendo un jefe de ministros sentenciado a 75 años de prisión, mientras otros permanecen ocultos.

A lo largo del país se han formado varias «Fuerzas de Defensa Popular» (FDP), milicias civiles que buscan combatir a la junta.

Analistas señalan que el Ejército birmano, fuertemente armado y bien entrenado, se ha visto sorprendido por la efectividad de las FDP y en algunas áreas luchan para contenerlas.