La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, denunció hoy los «mayores y más graves retrocesos» que ha visto nunca, al inaugurar las sesiones anuales del máximo órgano de Naciones Unidas en la materia.

«Para recuperarnos de los mayores y más graves retrocesos en materia de derechos humanos que hayamos visto nunca, debemos tener una visión que cambie la vida y una acción concertada» para ejecutarla, dijo Bachelet al Consejo de Derechos Humanos.

«Necesitamos (…) sociedades que, aunque diversas, compartan compromisos fundamentales para reducir la desigualdad y avanzar en todos los derechos humanos», dijo la expresidenta chilena en su discurso en Ginebra.

La jefa de DDHH de la ONU se refirió a la situación en México, Colombia, Rusia, China y Etiopía, pero no habló de Nicaragua y Venezuela, dos cuestiones candentes en América Latina, puesto que se analizarán con más detalle posteriormente en la sesión.

Sobre México, dijo estar alarmada ante el «alto nivel de violencia política» en la campaña de las elecciones legislativas celebradas a comienzos de mes, durante la cual fueron asesinados al menos 91 políticos y miembros de partidos, entre ellos 36 candidatos.

También denunció «ataques y amenazas contra políticos y violencia sexual y de género contra mujeres».

En su discurso, la expresidenta chilena abordó también la ola de protestas antigubernamentales que estalló el 28 de abril en Colombia y que fue ferozmente reprimida por las fuerzas policiales.

«Mi oficina ha expresado su grave preocupación ante las acusaciones de serias violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad», indicó.

Coincidiendo con las elecciones nacionales que se celebran hoy en Etiopía, Bachelet denunció los abusos contra la población civil en la norteña región de Tigré, de los que responsabilizó a «todas las partes del conflicto», informó la agencia de noticias AFP.

«Hay informes creíbles de que los soldados eritreos siguen operando en Tigré y continúan cometiendo violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario», indicó.

«El actual despliegue de fuerzas militares no es una solución sostenible, y animo a entablar un diálogo global y multidimensional en todo el país», dijo.

Otros de los focos de preocupación es China, y la Alta Comisionada deseó obtener este año un «acceso significativo» a la región occidental de Xinjiang, donde «siguen apareciendo informes de graves violaciones de los derechos humanos».

Varias organizaciones de derechos humanos acusan a China de internar al menos a 1 millón de musulmanes en Xinjiang en «campos de reeducación».

Beijing niega esta cifra y habla de «centros de formación profesional» para apoyar el empleo y combatir el extremismo religioso.

Bachelet pidió repetidamente a las autoridades chinas que den «pleno acceso» a Xinjiang. Y a finales de febrero, reiteró su petición de una «evaluación completa e independiente» de la situación en la región china.

Pero los activistas de derechos humanos piden a la ONU que adopte una línea más dura.

También en relación a China, la exmandataria chilena señaló que pasó un año desde la adopción de la Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong, sobre la que sus servicios han expresado «serias preocupaciones».

En la lista de retrocesos en materia de derechos humanos denunciados por Bachelet también se encuentra Rusia, país al que la Alta Comisionada pidió que «respete los derechos civiles y políticos» en el período previo a las elecciones parlamentarias de septiembre.

«Estoy consternada por las recientes medidas que socavan aún más el derecho de las personas a expresar opiniones críticas y su capacidad de participar en las elecciones parlamentarias previstas para septiembre», dijo, citando el caso del opositor ruso encarcelado Alexey Navalny y la prohibición de su movimiento.

También instó a Moscú a poner fin a la práctica arbitraria de etiquetar a personas, periodistas y oenegés como «extremistas», «agentes extranjeros» u «organizaciones indeseables».