La Unión Europea y Japón firmaron el martes en Tokio un ambicioso acuerdo de libre comercio, en «un mensaje claro contra el proteccionismo» del presidente estadounidense Donald Trump.
«Hoy es un día histórico porque celebramos la firma de un acuerdo comercial extremadamente ambicioso entre dos de las principales economías del mundo», declararon el primer ministro japonés Shinzo Abe, el presidente de la Comisión Europea, Jean- Claude Juncker, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un comunicado conjunto.

En una rueda de prensa común, los tres dirigentes insistieron en su papel de portavoces del libre comercio frente a las amenazas de guerra comercial instigadas por Estados Unidos. «La firma de este acuerdo de colaboración económica muestra al mundo la voluntad inquebrantable de Japón y de la Unión Europea de convertirse en líderes del libre comercio y de guiar al mundo en esa dirección, en un contexto de extensión del proteccionismo», dijo Abe.

«Enviamos un claro mensaje diciendo que hacemos un frente común contra el proteccionismo», dijo Tusk, al tiempo que Juncker insistió en que «somos más fuertes y estamos mejor posicionados cuando trabajamos juntos».

El texto tendrá que ser sometido al parlamento europeo y al parlamento japonés con el objetivo de que entre en vigor en 2019. A diferencia del acuerdo comercial UE-Canadá, al que Italia se opone, el acuerdo con Japón no tiene que ser ratificado por todos los parlamentos de los países miembros de la Unión Europea.

Quesos y automóviles  

Por parte europea, el gran beneficiado es el sector agroalimentario ya que el acuerdo determina que el 85% de los productos agrícolas de la UE podrán entrar en Japón sin pagar aranceles. En otros casos, como en el de la carne vacuna, se reducirán paulatinamente los aranceles. Por su parte el arroz, un producto muy simbólico para Japón, queda fuera del acuerdo.

Japón se compromete por su parte a reconocer las denominaciones de origen de productos como el queso Roquefort, el embutido austriaco Tiroler Speck, el jamón belga de las Ardenas o el vodka polaco. Estos productos tendrán el mismo nivel de protección que en Europa.

Las negociaciones sobre los productos lácteos fueron particularmente complejas. Finalmente el acuerdo prevé eliminar los importantes aranceles japonenses a varios tipos de queso europeo, aunque habrá un periodo de transición de hasta 15 años. A cambio, los japoneses obtienen libre acceso al mercado europeo del automóvil, también al cabo de un periodo de transición de varios años.

El texto incluye también un capítulo sobre el desarrollo sostenible. La protección de las inversiones fue uno de los principales obstáculos en las negociaciones y finalmente no se incluyeron en el acuerdo.

Antes de viajar a Japón este martes, los dirigentes europeos estuvieron en China el lunes para la XX cumbre UE-China, también con el objetivo de reforzar sus relaciones comerciales. «El multilateralismo está siendo atacado, es un ataque sin precedentes desde el final de la II Guerra Mundial», dijo Juncker.

Por su parte Tusk consideró que «todavía estamos a tiempo de evitar el conflicto y el caos». Las tensiones comerciales podrían afectar en breve al crecimiento económico mundial, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Según Junichi Sugawara, un investigador del Mizuho Research Institute, la actitud de Donald Trump «ha obligado a Japón y a la Unión Europea a acelerar las negociaciones». Y aunque el primer ministro japonés, Shinzo Abe, «tiene buenas relaciones con Trump, en lo que concierne al comercio Japón se puso del lado de la UE».