En medio de la emergencia sanitaria en la que está inmerso México y tras recibir críticas por su gestión de la pandemia, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció hoy adelantar a 2021 la consulta popular que podría revocar su mandato, en vez de esperar a 2022, como había sido aprobado en el Congreso.

Según el mandatario, este adelantamiento de la consulta «ayudaría a que se aminorara el ansia, a que en este tiempo bajara el enojo, no el malestar social. El mejor método para resolver diferencias es el método democrático. En la democracia es el pueblo el que manda».

Durante su conferencia matutina, en la que anunció que la pandemia ya dejó 406 muertos y 5.399 contagiados -según el último parte de la Secretaría de Salud, difundido durante la noche de este martes-, López Obrador propuso hacer coincidir la consulta sobre su continuidad con las elecciones estatales de 2021, lo que ya era su plan inicial cuando ideó este sistema de revocación, aunque los senadores la establecieron finalmente para el primer trimestre de 2022.

El presidente mexicano aseguró que si tiene hoy una respuesta sobre su nueva proposición, enviará al parlamento «la iniciativa mañana» para que se haga el cambio constitucional, ya que su partido, el izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), tiene la mayoría suficiente en ambas cámaras.

La propuesta de López Obrador se conoció después de que en los últimos días referentes de la oposición, como el ex presidente Felipe Calderón (2006-2012), se manifestaron a favor de impulsar esa herramienta democrática para remover del cargo al mandatario antes del final de su gestión.

Antes de proponer adelantar la revocación, López Obrador argumentó que en México está en juego establecer un régimen de «corrupción o transformación» y recordó con orgullo su victoria presidencial porque «el pueblo fue motor del cambio».

En los primeros meses de la pandemia, López Obrador fue criticado dentro y fuera del país por su reacción inicial. Mientras la mayoría de los países de la región y del mundo cerraban sus fronteras e imponían cuarentenas u otro tipo de medidas para restringir la movilidad y el uso de espacios públicos, el presidente mexicano subestimaba el brote y se resistía.

Actualmente, el gobierno nacional ya enfrenta la peor fase del contagio con falta de camas de hospital, de insumos para aislamiento y con su personal de salud mermado.

La semana pasada, el gobierno abrió una convocatoria para contratar 45.000 médicos y enfermeras en mitad de la pandemia.

En este contexto, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pidió a la población que respete y proteja a médicos y enfermeras, luego de conocerse que algunos de ellos fueron agredidos en la calle por personas que aducían tener miedo a ser contagiados de coronavirus,

En México llevar el uniforme sanitario fuera del trabajo es una práctica común de todos estos profesionales.

A diferencia de en otros países donde se rinde homenaje a los que están en primera línea para combatir la enfermedad, decenas de testimonios -principalmente de enfermeras- comienzan a surgir en redes sociales sobre agresiones en su contra por miedo al contagio.

Durante la primera semana de abril, una enfermera fue rociada con agua y cloro en Guadalajara, Jalisco, según denunció la Comisión de Enfermeras del Estado, que informó, además, sobre cinco ataques más contra su personal en otras ciudades del país.

“Es indignante, insólito y alarmante que las personas canalicen el temor y el enojo hacia el personal que les protege”, dijo López-Gatell.

Por otra parte, las autoridades informaron hoy que más de 2.000 agentes del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional se integrarán a las labores de vigilancia en la Ciudad de México para cubrir la falta de centenares de agentes de policía en confinamiento por tener factores de riesgo ante la pandemia.