Vecinos de los barrios liberados del este de Mosul, en el norte de Irak, denunciaron el saqueo de casas abandonadas y de sedes institucionales ante la pasividad de las fuerzas de seguridad, a las que acusan de no ser capaces de hacer cumplir la ley en la ciudad.

«La falta de seguridad que reina en Mosul es muy grave y puede empujar a sus habitantes a abandonar la ciudad, así como por el miedo a que nadie controle a las milicias que se extendieron por la parte este», asegura a Efe Mahmud Aiser, vecino del barrio de Al Faisaliya.

Aiser, de 36 años, acusa a bandas organizadas y a miembros de las milicias gubernamentales apostadas en la ciudad de perpetrar estos robos, que, según él ya afectaron entre otras a la sede del gobierno central en Mosul y a varias inmobiliarias estatales.

Por su parte, Samir Yiryis, que reside en el barrio popular de Al Yazair, explicó que «los ladrones robaron dentro de casas abandonadas. Se llevaron todo impunemente».

Yiryis incluso acusó a las fuerzas de seguridad de apoyar a los ladrones en sus saqueos y subrayó que la única solución es formar «grupos de jóvenes en cada zona, que estén dirigidos por los ancianos del lugar para que protejan los barrios y las sedes gubernamentales».

Por su parte, el portavoz de la Policía de Nínive, Mazen al Ahmadi, aseguró a la agencia de noticias EFE que sus fuerzas están desplegadas en la mayoría de lo barrios, negó que los asaltantes estuvieran actuando con impunidad e insistió en que en los últimos días «fueron detenidas varias bandas y ladrones».

«Se abrieron investigaciones sobre estas bandas para estudiar la cadena de asaltos armados y de robos contra varias instituciones gubernamentales, así como contra las viviendas abandonadas por los ciudadanos», agregó Al Ahmadi, que aseguró que la Universidad de Mosul se encontraba entre las instituciones saqueadas.

Asimismo, el portavoz policial indicó que la Policía de Mosul anunció a finales de esta semana el toque de queda para todas las fuerzas y milicias gubernamentales que no tengan orden expresa por parte de la Comandancia de las Operaciones Conjuntas de patrullar las calles o de realizar una misión.

El portavoz también indicó la posibilidad de que estos grupos tuvieran relación con «células durmientes de grupos terroristas», en referencia al grupo yihadista Estado Islámico (EI), cuyo objetivo sería desestabilizar los distritos liberados de Mosul, cuya parte occidental continúa bajo el yugo del EI.

El juez Zaher al Yaburi, miembro del Consejo Judicial de Mosul, también mostró su malestar por estos saqueos, que, subrayó, se unen al acoso que el EI continúa ejerciendo desde la orilla oeste del río Tigris contra los barrios liberados del este, con el lanzamiento de obuses, atentados y ataques de drones.

Al Yaburi, que tampoco descartó la posibilidad de que estas acciones estén relacionadas con los yihadistas, instó al gobierno a «perseguir y procesar a esas bandas y a las células durmientes que se quedaron en la orilla oriental».

Para el periodista iraquí Fawaz al Tayeb, «las autoridades están actuando en Mosul con la misma laxitud que desembocó en la caída de la ciudad en manos de Dáesh (acrónimo en árabe del EI)».