Los hongkoneses votaban este domingo en las primeras elecciones al parlamento local desde que una nueva generación de activistas políticos, emergidos del «Movimiento de los paraguas», llaman a una ruptura con China.

Estas elecciones al Consejo Legislativo (LegCo, parlamento local) se producen en un momento en el que crece en la ciudad semiautónoma una sensación de que Pekín está endureciendo el control en temas políticos, culturales e incluso educativos.

El escrutinio de este domingo va a permitir medir el peso de este movimiento entre los 3,7 millones de electores que comenzaron a votar hacia las 07H30 hora local (23H30 GMT del sábado).

Los centros de votación van a cerrar a las 22H30 (14H30 GMT) y el conteo tendrá lugar en la noche del lunes.

Pese a que las manifestaciones lograron bloquear durante dos meses barrios enteros de la antigua colonia británica, el «Movimiento de los paraguas» no logró obtener ninguna concesión de China en materia de reformas políticas.

La irrupción de esta nueva generación que defiende la independencia ha desdibujado las líneas políticas tradicionales y ha polarizado el debate.

Cuando las autoridades de la ciudad decidieron prohibir la candidatura de cinco defensores de la ruptura con Pekín, con el argumento de que militar por la independencia es ilegal, las contradicciones se agudizaron.

Para muchos hongkoneses, la independencia es una quimera.

«Es demasiado idealista e irrealista», estimó Wilson Vai, un votante de 21 años, que apoya al sector prodemocracia, la oposición tradicional más moderada.

El jefe del ejecutivo hongkonés, Leung Chun-ying, que es considerado por sus opositores como títere de China, aseguró que las elecciones son «democráticas».

«Los votantes van a tomar sus propias decisiones», dijo a los periodistas.

Una democracia parcial

A principios de agosto, varios miles de hongkoneses participaron en la primera manifestación pública por la independencia. Según algunas encuestas hasta un 17% de los hongkoneses apoyarían la ruptura con China.

Algunos candidatos de la autodeterminación, término utilizado para evitar usar la palabra «independencia», pudieron presentarse.

De estos, uno o dos tienen posibilidades de ser elegidos, lo que constituiría una victoria para un sector que defiende una vía que hasta hace muy poco era un tabú absoluto.

Sin embargo, el movimiento todavía no alcanza una masa crítica y su participación depende de un marco electoral que está ajustado para favorecer a la institucionalidad favorable a China.

En la antigua colonia británica, la democracia es solo parcial y es casi imposible que los partidarios de la ruptura obtengan una mayoría.

El LegCo cuenta con 70 miembros designados por un sistema complejo que garantiza casi con seguridad una mayoría de bloqueo favorable a Pekín. Solo 35 de sus miembros son elegidos por sufragio directo.

La oposición, con 27 escaños de 70, dispone actualmente de una minoría de bloqueo, ya que en el parlamento local las leyes deben ser aprobadas por dos tercios de los votos.

Una pérdida de fuerza política reforzaría a Pekín en el corto plazo, mermando la fuerza de la oposición moderada, pero a la larga legitimaría el discurso de los independentistas.

Por este motivo, cinco candidatos de la oposición tradicional denominada prodemócrata se retiraron el sábado para apuntalar a quienes tenían más opciones de ser elegidos.