Los talibanes se apoderaron este jueves de la estratégica ciudad afgana de Ghazni, a 150 kilómetros al suroeste de Kabul, la décima capital provincial que cae en manos insurgentes en una semana, y continúan su arrollador avance pocas semanas antes del final de la misión militar estadounidense en ese país, informaron los rebeldes y un consejero provincial.

«Puedo confirmar que Ghazni cayó en manos de los talibanes esta mañana. Han tomado el control de zonas clave de la ciudad: la oficina del gobernador, el cuartel general de la policía y la prisión», declaró Nasir Ahmad Faqiri, jefe del Consejo de la Provincia de Ghazni, citado por la agencia de noticias AFP.

Faqiri precisó que aún se estaban produciendo combates en algunos lugares de la ciudad, pero que los talibanes tenían «mayoritariamente el control».

Los rebeldes también reivindicaron la toma de la localidad.

De de todas las capitales conquistadas por los insurgentes desde que lanzaron su ofensiva en mayo, aprovechando que las tropas extranjeras empezaban a retirarse, Ghazni es la más próxima a Kabul.

Los talibanes avanzaron a buen ritmo en los últimos días y en una semana, tomaron el control de 10 de las 34 capitales provinciales afganas, siete de las cuales en el norte del país, una región que se les había resistido en el pasado.

El martes por la noche se apoderaron de Pul-e- Khumri, capital de la provincia de Baghlan, a 200 kilómetros al norte de Kabul, cerrando el cerco sobre la capital tanto por el norte como por el sur.

Ghazni, que ya había estado en manos de los insurgentes un tiempo breve en 2018, supone su conquista más importante hasta la fecha junto con Kunduz, un municipio estratégico del noreste, entre Kabul (a 300 kilómetros al sur) y Tayikistán.

Aunque los talibanes ya estaban presentes desde hacía tiempo en las provincias de Wardak y Logar, a unas decenas de kilómetros de Kabul, la caída de Ghazni representa una señal alarmante para la capital.

Esta ciudad está ubicada, además, en el eje que conecta Kabul con Kandahar, la segunda ciudad del país, en el sur. Conquistándola, los insurgentes pueden cortar las líneas de abastecimiento terrestres del ejército hacia el sur.

La salida de las tropas extranjeras de Afganistán concluirá en torno al 31 de agosto, veinte años después de la intervención a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.