El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó a su par de Venezuela, Nicolás Maduro, la disposición de su país para albergar un diálogo con Guyana por el diferendo limítrofe y territorial de la región del Esequibo.

La Presidencia brasileña detalló en un comunicado que, mediante una llamada telefónica, Lula «transmitió la creciente preocupación de los países de América del Sur por la cuestión del Esequibo», así como también le recordó la «larga tradición de diálogo en América Latina» y que es «una región de paz».

El mandatario «llamó al diálogo y sugirió que el actual presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Ralph Gonçalves, aborde el tema con ambas partes» y reiteró que Brasil está disponible para «apoyar y acompañar estas iniciativas».

Lula explicó a Maduro el tenor de la Declaración de los Estados Partes del Mercosur (Mercado Común del Sur), Chile, Colombia, Ecuador y Perú sobre la situación entre Venezuela y Guyana, con la que instaron a reducir las tensiones entre ambas naciones.

«Es importante evitar medidas unilaterales que conduzcan a una escalada de la situación», subrayó el gobernante, según el Palacio del Planalto.

Los países del grupo Mercosur instaron el jueves a Venezuela y Guyana a buscar una solución pacífica a su disputa territorial sobre la región de Esequibo, advirtiendo a las naciones que eviten «acciones unilaterales» en el conflicto.

Los miembros del bloque comercial «expresan su profunda preocupación por el aumento de las tensiones entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana», señaló una declaración conjunta de los países miembros del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).

Asimismo, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, que no pertenecen al Mercosur, también firmaron la declaración, en el marco de la reunión semestral del organismo.

El Gobierno de Venezuela reactivó su reclamo sobre el territorio en los últimos años, luego del hallazgo de unos 11.000 millones de barriles de petróleo y gas recuperables frente a las costas de Guyana.

Ambos países reclaman la propiedad de la región, que está escasamente poblada y cuya frontera, muy disputada, se acordó mediante una decisión de 1899, cuando Guyana todavía era parte del Imperio Británico.