Dos encuestas conocidas muestran que el ex presidente se consolida como el favorito para ganar las presidenciales, aunque la incógnita sigue siendo si podrá presentarse.

El primer sondeo, realizado por el instituto MDA para la Confederación Nacional de Transportes (CNT), le da a Lula una intención de voto de 37,3% frente a 32,4% en mayo. El segundo, del instituto Ibope para la TV Globo y el diario O Estado de Sao Paulo, le otorga un 37% (frente al 33% de finales de junio).

Ambas encuestas confirman que el líder del Partido de los Trabajadores es escoltado por el ultraderechista Jair Bolsonaro, que alcanzaría un 18,8% de los apoyos (16,7% en mayo) según MDA y un 18% (15% en junio) según Ibope. En los dos casos, ninguno de los restantes candidatos supera el 10 por ciento, incluido el compañero de fórmula y posible elegido de Lula, Fernando Haddad.

existen presiones del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, integrado por expertos independientes y que en una decisión no vinculante anunciada la semana pasada pidió que se tomen «todas las medidas necesarias» para que Lula «pueda ejercer sus derechos políticos» como candidato, aunque esté en prisión. La Justicia electoral tiene plazo para resolver la situación de Lula hasta el 17 de septiembre, cuando faltarán 20 días para las elecciones.

Es por eso que la gran incógnita en Brasil es si Lula podrá traspasarle los votos a Haddad en el hipotético caso de que su candidatura sea invalidada. El PT todavía no ha oficializado que el ex alcalde de San Pablo ocupará ese lugar, aunque todo indica que así sería y en los hechos es quien lleva adelante la campaña.