El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llegó el sábado a la sede de la Policía federal (PF) de Curitiba (sur), donde empezará a cumplir su condena de 12 años de cárcel por corrupción, mostraron imágenes de televisión.

El ex mandatario (2003-2010) llegó a bordo de un helicóptero, que se posó a las 22H30 locales sobre la sede del edificio. Había sido detenido por la tarde en las afueras de Sao Paulo, desde donde fue trasladado a Curitiba en avioneta.

Del otro lado de un vallado tendido por la policía para la ocasión, había igualmente unos cientos de lulistas y otros tantos festejando la decisión judicial.

Lula «fue el mejor presidente de Brasil, hizo una revolución social, su prisión es injusta e ilegal», afirmó Eunice Campos, una psicopedagoga de 60 años.

Lula será alojado en una celda especial de la PF, de unos 15 metros cuadrados, con baño privado.

Tendrá derecho a una visita semanal de familiares cercanos y durante dos horas al día podrá tomar «baños de sol», es decir, tener recreos al aire libre.

En tanto, un juez brasileño prohibió manifestaciones y acampes en los alrededores de la sede de la Policía Federal de Curitiba porque esas protestas “pueden ocasionar trastornos a los vecinos de la región y grave lesión al orden de la seguridad».

El juez Ernani Mendes Silva Filho advirtió que la «aglomeración de personas y movimientos que pueden ocasionar trastornos a los vecinos de la región y grave lesión al orden de la seguridad», lo que erosiona la chance de los seguidores de Lula de acampar en la zona hasta que el ex jefe del Estado quede libre.

El clima de tensión y esa presencia de grupos antagónicos obligaron a la Policía Militarizada a establecer un cordón policial de 30 metros para separar a ambas concentraciones.

Lula se entregó a la Policía y es trasladado a la cárcel de Curitiba