Los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y Estados Unidos, Joe Biden, coincidieron este miércoles en que «las consultas abiertas habrían permitido evitar» la tensión generada por la firma del pacto militar tripartito Aukus, que para París implicó la pérdida de un contrato multimillonario de submarinos, y en una señal de acercamiento el embajador galo volverá la semana que viene a Washington.

Ambos mandatarios mantuvieron una conversación telefónica tras la disputa diplomática provocada por la nueva alianza entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, con el objetivo de neutralizar la creciente influencia china en esa región biogeográfica y que desató un fuerte rechazo del Eliseo.

«Los dos líderes coincidieron en que la situación se habría beneficiado de consultas abiertas entre aliados sobre asuntos de interés estratégico para Francia y nuestros socios europeos. El presidente Biden transmitió su compromiso continuo en ese sentido», indicó un comunicado conjunto emitido tras el llamado.

«Los dos mandatarios han decidido abrir un proceso de consultas en profundidad, encaminadas a crear las condiciones para asegurar la confianza y proponer medidas concretas hacia objetivos comunes», añadió el texto que detalló que los líderes se reunirán en Europa a finales de octubre «para llegar a acuerdos compartidos y mantener el impulso de este proceso».

Como señal de buena fe, el embajador de Francia en Estados Unidos, Philippe Etienne, volverá a Washington «la semana que viene» para «comenzar un trabajo intensivo con altos funcionarios estadounidenses».

Biden reafirmó «la importancia estratégica del compromiso francés y europeo en la región del Indo-Pacífico, incluso en el marco de la estrategia de la Unión Europea (UE) para la zona recientemente publicada», manifestó el comunicado.

Y concluyó que la Casa Blanca «también reconoce la importancia de una defensa europea más fuerte y capaz, que contribuya positivamente a la seguridad transatlántica y global y sea complementaria de la OTAN».

Estados Unidos, Australia y Reino Unido anunciaron a mediados de septiembre una alianza estratégica para contrarrestar a China, incluyendo la venta de los submarinos nucleares norteamericanos a Canberra, que sacó a los franceses del juego y les hizo perder un contrato millonario además de influencia.

Biden y el premier británico, Boris Johnson, celebraron su cuestionado acuerdo militar en la Casa Blanca y destacaron el papel que tendrá la nueva alianza militar.

Ambos mandatarios se reunieron anoche en la Casa Blanca tras participar de la inauguración de la 76° Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

En medio de las crecientes críticas de rivales como China y aliados como Francia y Alemania, Biden y Johnson defendieron la nueva alianza que garantizará submarinos a propulsión nuclear en la zona del Indo-Pacífico como «una clara articulación de los valores y el enfoque compartidos» entre ambos países.

Biden, se reunió ayer con el primer ministro Australiano, Scott Morrison para celebrar el 70 aniversario de la Alianza entre ambas naciones y reiterar su compromiso con una región Indo-Pacífico «libre y abierta».

Ambos mandatarios remarcaron que su vínculo está basado en «valores compartidos e intereses mutuos», y coincidieron en la importancia de trabajar con los aliados y socios internacionales, incluso a través de asociaciones históricas para defender la región contra las amenazas al orden, destacó la Casa Blanca en un comunicado.

Biden y Morrison subrayaron el rol fundamental que desempeñan los aliados europeos, incluidos la OTAN y la Unión Europea, en la zona entre Asia y Oceanía, y la importancia de hacer más profunda esta cooperación y trabajo.