Centenares de vuelos fueron cancelados o suspendidos hoy en el aeropuerto internacional de Hong Kong, escenario de nuevas manifestaciones pro democráticas en esta región administrativa especial, cuya jefa Ejecutiva, Carrie Lam, advirtió que el movimiento está llevando la ciudad-estado a un «camino sin retorno».

Las autoridades hongkonesas anunciaron hoy que todos los vuelos que quedaban por salir de su aeropuerto internacional se suspendían, después de que los manifestantes vestidos de negro volvieron a ocupar las instalaciones de la terminal con pancartas, lienzos, mientras coreaban consignas.

«Todos los servicios de facturación para vuelos de salida han quedado suspendidos a partir de las 16.30 (5.30 de la Argentina)», indica un comunicado de las autoridades aéreas de la ciudad autónoma.

La jefatura aeroportuaria pidió a los pasajeros que abandonasen la terminal e indicó que «otros vuelos de salida y llegada seguirán operando», aunque sin especificar cuáles son las condiciones para ello.

Una manifestación similar dejó ayer 300 vuelos cancelados.

La nueva protesta en la terminal aeroportuaria -una de los más activas del mundo- se produce en momentos en que Beijing eleva el tono de las advertencias y envía nuevas señales de que las diez semanas de disturbios deben terminar y los medios estatales publican videos de las fuerzas de seguridad reunidas en la frontera, publicó la agencia de noticias EFE.

Iniciadas en junio en reclamo contra una polémica ley de extradición a China, las manifestaciones fueron configurando una crisis que constituye el mayor desafío para el dominio chino de la ciudad semiautónoma desde su devolución, en 1997, por parte de Reino Unido.

El jefe de la Policía local, Stephen Lo, se limitó a decir que están «siguiendo de cerca» la situación en el aeropuerto tras ser preguntado sobre si se plantean dispersar a los manifestantes.

Según el rotativo estatal chino Global Times, la Policía hongkonesa «se planteará el uso de la fuerza dadas las circunstancias» en el aeropuerto.

La jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, volvió a defender al cuerpo policial y a criticar a los manifestantes, que, dijo, han llevado a la ciudad a «un camino sin retorno» que podría «hundir a la sociedad en una situación muy preocupante y peligrosa».

Lam defendió la actuación de la Policía que, según ella, está basada en directrices sólidas.

«Los policías toman decisiones en momentos puntuales en pro de los intereses de la seguridad de la gente (…). No se puede decir que hayan hecho algo mal», señaló.

«Hemos oído muchos discursos de odio contra la Policía… Esto no es beneficioso para Hong Kong», añadió.

Amnistía Internacional (AI) pidió ayer a la Policía «contención» para evitar una mayor escalada de la violencia en respuesta al lanzamiento de gas lacrimógeno y bolas de goma.

Bajo la fórmula «Un país, dos sistemas», Beijing se comprometió a mantener la autonomía de Hong Kong y respetar una serie de libertades políticas, tras recuperar la soberanía del territorio de manos británicas.