A más de una semana del golpe de Estado que obligó la renuncia del entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, las manifestaciones del pueblo continúan y, este lunes, varias marchas partieron desde distintos puntos del país para converger en la plaza Murillo, ubicada en La Paz.

Los manifestantes exigen la renuncia de la autoproclamada presidente de Bolivia, Jeanine Áñez bajo la advertencia de que si la ex senadora no renuncia en menos de 48 horas, se recrudecerán los paros y los bloqueos.

En este sentido, los cortes de ruta que afectan a diferentes caminos de Bolivia desde hace días, comenzaron a causar el desabastecimiento de víveres en algunas localidades.

Además, repudiaron la quema de whipalas -la bandera de los pueblos originarios-, la represión ejercida por las fuerzas armadas que, en la última semana, dejó más de 20 muertos y pidieron que la comunidad internacional se pronuncie contra el gobierno de facto.

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Si bien la movilización central de esta jornada iba a tener lugar en La Paz, otros puntos del país como Cochabamba, Sabada y Sucre también fueron testigos de manifestaciones.

Los manifestantes se sumaron al pedido de sindicatos cocaleros, que exigieron la renuncia de Áñez y el llamado a elecciones en un plazo de 90 días.

En este contexto marcado por la presencia del pueblo en la calles, Áñez, canceló este lunes un traslado al interior del país por temor a un atentado contra su vida.

Hay «un grupo criminal que quiere atentar contra la presidenta», dijo el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, al momento de anunciar la cancelación del viaje que Áñez iba a hacer a su tierra natal, la ciudad de Trinidad, capital de la región amazónica de Beni.

Murillo afirmó que los operativos conjuntos que desde hace una semana realizan policías y militares permitieron detectar grupos que intentan «acciones violentas».

Quienes «hostiguen» a Bolivia serán detenidos

El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, advirtió este lunes que se enviará a la cárcel a todos aquellos que continúen hostigando a Bolivia con diferentes medidas de presión y aseguró que lo único que busca la actual administración del país es el respeto a la democracia.

«No voy a dar informes, pueden haber 100 detenidos esta tarde, también porque hay gente que está hostigando, y vamos a seguir deteniendo gente, la gente que está hostigando», dijo a los periodistas.

En ese marco, Murillo pidió al expresidente Evo Morales dejar de hostigar a Bolivia y aseguró que el país no se convertirá en un Vietnam, como afirmó semanas atrás el exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.

«No, Bolivia no se va a convertir en un Vietnam, lo que vamos a hacer es (…) los vamos a mandar a Chonchocoro a todos aquellos que estén hostigando a los bolivianos, no lo vamos a permitir», afirmó.

Y aclaró que las acciones que se llevan adelante son para permitir al Gobierno transitorio la entrega de «un país saneado».

«Que quede claro el mensaje para aquellos que están queriendo desestabilizar el país, no queremos hacer daño a nadie, nosotros solo queremos que se respete la democracia, aguantemos un poco», pidió.

¿Elecciones, para cuándo?

El gobierno interino de Bolivia anunció que analiza la posibilidad de convocar a elecciones por decreto en caso de que no se llegue a un acuerdo en el Parlamento con el Movimiento al Socialismo (MAS), la fuerza política del ex presidente Evo Morales.

«Si vemos que hay dificultades para poder convocar a las elecciones, una de las sugerencias que va a hacer el Ministerio de la Presidencia a la señora presidenta Jeanine Áñez es que de manera inmediata convoquemos a elecciones a través de algún otro instrumento legal», dijo el jefe de esa cartera, Jerjes Justiniano, citado por la estatal Agencia Boliviana de Información (ABI).

El gobierno de la autoproclamada presidenta Áñez busca un acuerdo parlamentario para modificar el sistema legal y poder llamar a nuevas elecciones en 90 días.

«Nuestra voluntad no es quedarnos en el Gobierno más allá del lapso que establece la Constitución», afirmó Justiniano.

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