Durante la mañana de este viernes, se produjeron explosiones en varias regiones ucranianas, entre ellas en Járkov, Jmelnitski, Vinnitsa, Dnepropetrovsk, Sumy e Ivano-Frankovsk.

Entre ellas, una de fuerte intensidad se registró en la estación hidroeléctrica del Dnepr, una de las más grandes en Europa, situada en el territorio controlado por Kiev en la provincia rusa de Zaporozhie.

Al respecto, el ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko, el daño a la central se produjo a partir del «mayor ataque a gran escala contra el sector energético ucraniano en los últimos tiempos».

Los ataques provocaron cortes de energía en Jarkov, Dnepr, Krivoy Rog y Kropivnitski, acompañados de graves fallos en internet en Jarkov, Dnepropetrovsk, Vinnitsa y Jmelnitski.

Una fábrica de drones ubicada en la zona de Odesa y una planta que produce y repara tanques para el Ejército ucraniano de la localidad de Jarkov también fueron alcanzadas por los misiles rusos.

En tanto, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó: “Estamos en estado de guerra. Sí, esto comenzó como una operación militar especial, pero tan pronto como este grupo se formó allí, cuando el Occidente colectivo se convirtió en un participante del lado de Ucrania, ya se ha convertido en una guerra para nosotros. Estoy convencido de ello».

Para Peskov, el objetivo de su país es garantizar la seguridad de los residentes de las cuatro nuevas regiones del país y liberar el territorio, ocupado por el momento por las tropas ucranianas.

«Tenemos cuatro nuevas entidades federales. Lo principal para nosotros es garantizar la seguridad de la gente en estas entidades federales y liberar el territorio de estas regiones, que actualmente está ocupado ‘de facto’ por el régimen de Kiev», destacó Peskov.

Además, el vocero agregó que Rusia no puede permitir que un Estado que fijó su intención de usar cualquier método para quietarle Crimea y las nuevas regiones exista cerca de sus fronteras.

La semana pasada, el presidente ruso, Vladímir Putin, había dicho que no descartaba la posibilidad de que en un futuro se desate un conflicto a gran escala entre su país y la OTAN.

«Creo que todo es posible en el mundo actual. Pero les digo, y esto está claro para todos, que esto estaría a un paso de una Tercera Guerra Mundial a gran escala. Creo que es poco probable que alguien esté interesado en eso», finalizó el presidente ruso.