El líder nacionalista húngaro Viktor Orban obtuvo en las elecciones de este domingo su cuarta victoria electoral consecutiva aún por más margen que en los anteriores comicios, mientras analistas y ONGs alertan que podría acentuar el carácter autoritario de su gobierno y seguir manteniendo la confrontación con la Unión Europea (UE), de la que Hungría es miembro.

El partido en el poder, la Unión Cívica Húngara (Fidesz), consiguió en las elecciones de este domingo más del 53% de los votos (135 escaños) tras el escrutinio de casi el 99% de las papeletas, frente a menos del 35% (56 escaños) para la coalición opositora Unidos por Hungría, que aglutina a seis partidos y que llevó como candidato principal a Peter Marki-Zay, informó la oficina nacional electoral.

El avance de este domingo de Fidensz en las urnas muestra «una gran demanda en Hungría para la política iliberal y autocrática» de Orban, quien transformó el país en 12 años en el poder, estimó Patrik Szicherle, del grupo de reflexión Political Capital, contactado este lunes por la agencia de noticias AFP.

«No pensábamos ganar tan holgadamente», reaccionó ante la AFP el eurodiputado del Fidesz cercano a Orban, Balazs Hidveghi.

En el plano internacional, Orban consolida su política de acercamiento al este.

Sus vínculos con el Kremlin y su voluntad de mantenerse fuera del conflicto de Ucrania muestran al primer ministro como garante de la estabilidad.

«Su experiencia, su responsabilidad, su calma y su capacidad de mantener la paz han sido factores decisivos», consideró Hidveghi.

Orban recibió este lunes las felicitaciones del presidente ruso, Vladimir Putin, quien expresó su deseo de reforzar los lazos bilaterales.

La Comisión Europea, en cambio, no emitió ningún comentario, incluso si en su discurso de victoria, Orban no se olvidó de los «burócratas de Bruselas».

«Vamos a continuar reforzando nuestra identidad, defendiendo nuestros intereses, especialmente en Bruselas», señaló el eurodiputado del Fidesz, quien hizo hincapié en «los valores tradicionales cristianos».

Para el experto Patrik Szicherle, «la confrontación con la UE está grabada en la estrategia del partido, al menos a nivel retórico, y esto no va a desaparecer».

Sin embargo, apunta, Hungría necesitará los fondos europeos, teniendo en cuenta el rápido deterioro económico en Europa.

Al otro lado, la oposición liderada por Peter Marki-Zay, un alcalde conservador independiente, intenta encajar el golpe.

La cooperación dispar de seis formaciones «ha resultado inoperante: los partidos eran reticentes a aceptar que un ‘outsider’ ganara las primarias, lo que paralizó la campaña», subrayó el experto.

«Los errores del candidato» en los discursos, especialmente sobre la guerra, fueron «la guinda del pastel», agregó.

Aunque prometieron seguir juntos, algunos ya culparon del resultado al líder de la alianza.

Del lado de las ONGs había sobre todo preocupación.

«Es un desastre para la democracia», dijo a la agencia francesa Marta Pardavi, del Comité Húngaro de Helsinki.

Amnistía Internacional teme «una nueva recaída de los derechos humanos», según su director en Budapest David Vig, que dijo conocer a una decena de personas de su entorno que se preparaban para irse de Hungría.

Las elecciones se llevaron a cabo por primera vez bajo la vigilancia de más de 200 observadores internacionales.