Los socialistas en el poder en Portugal obtuvieron una clara victoria en las elecciones municipales celebradas el domingo, ganando terreno a la principal formación de derecha pero también ante sus aliados comunistas.

Según resultados oficiales casi completos, divulgados este lunes, el Partido Socialista (PS) obtuvo 158 alcaldías de un total de 308, con un total del 38% de votos en el conjunto del país, mejorando sus resultados de las municipales de 2013.

«El Partido Socialista obtuvo la mayor victoria de su historia» en unas elecciones locales, se congratuló el primer ministro, el socialista Antonio Costa.

«Este resultado le da más fuerza al PS y, sobre todo, al cambio de rumbo iniciado hace dos años» añadió, aludiendo a su formación a nivel nacional, que gobierna con el apoyo de la izquierda radical.

Inversamente, el jefe de la oposición de derechas, Pedro Passos Coelho, debió reconocer que su Partido Socialdemócrata (PSD) acababa de obtener «uno de los peores resultados de su historia».

Socialista reelecto en Lisboa

Solo o encabezando una coalición local, el PSD de centroderecha ha ganado 96 alcaldías y cerca de 30% de los votos, un resultado inferior al de 2013, cuando la coalición de derecha entonces en el poder ya fue duramente castigada por un electorado hostil a su política de austeridad presupuestaria.

Sobre todo, Passos Coelho sufrió un revés al ver que candidatos que había elegido personalmente fueron claramente derrotados en las principales ciudades del país.

En Lisboa, el alcalde saliente socialista, Fernando Medina, fue reelecto con 42% de los votos. La candidata del PSD, Teresa Leal Coelho, terminó tercera con 11% de los votos, la mitad que los obtenidos por la jefa de la pequeña formación de derecha CDS-PP, Assunçao Cristas, que fue segunda.

En Oporto, gran ciudad del norte de Portugal, el independiente Rui Moreira fue reelegido por delante del candidato socialista, mientras que el candidato socialdemócrata quedó tercero con 10%.

«Es una monumental debacle, que se explica por la mala elección de candidatos y por una mala campaña» reaccionó el expresidente del PSD Luis Marques Mendes, para quien su partido está confrontado a un «problema de liderazgo».

Retroceso de los comunistas

Inversamente, el primer ministro Antonio Costa es «uno de los grandes vencedores» de las elecciones, ya que «ha sabido crear una dinámica positiva en torno a los buenos resultados de su gobierno, en especial económicos», agregó.

Tras haber conseguido en 2016 colocarse por primera vez por debajo del 3% del déficit público, tal como lo fija la norma europea, Portugal tiene hoy un crecimiento sin precedentes en 15 años y el índice de desempleo más bajo desde 2009.

Costa, en el poder desde noviembre de 2015, parece haber ganado su apuesta por «pasar la página» a la política de austeridad llevada a cabo por la derecha en el marco del plan de ayuda internacional acordado a Portugal en 2011.

Sin embargo, la estabilidad de su gobierno es producto de concesiones duramente negociadas con el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista, muy críticos con el compromiso proeuropeo de los socialistas.

El Bloque de Izquierda apenas tiene peso a nivel municipal.
Pero las elecciones del domingo reflejaron un retroceso de los comunistas, que perdieron nueve municipios en beneficio de los socialistas, entre ellos su feudo de Almada, al sur de Lisboa.

Según varios analistas, este decepcionante resultado podría impulsar a los comunistas a endurecer sus posiciones en las negociaciones presupuestarias, o a usar más su poder sindical.