El ministro de Finanzas británico, Jeremy Hunt, presentó hoy en la Cámara de los Comunes el presupuesto para el próximo año, en el que se prevé una fuerte reducción de impuestos y aumentos en el salario mínimo, pensiones, ayudas sociales y beneficios fiscales a empresas destinadas a impulsar la economía luego de la crisis inflacionaria que afectó el costo de vida.

Entre las acciones más destacadas se encuentra un importante recorte del impuesto sobre las ganancias y un incremento en los beneficios y pensiones, como parte de un ambicioso plan de 110 puntos para estimular el crecimiento económico del país.

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A partir de enero, el impuesto a las ganancias que pagan los empleados se reducirá del 12% al 10% y un aumento de la pensión estatal 8,5%.

También crecerá un 9,8% el salario mínimo que se cobra por hora y por primera vez incluirá a los jóvenes de 21 y 22 años, beneficiando a más de 2,7 millones de trabajadores con salarios bajos.

A su vez, incrementó las ayudas conocidas como Crédito Universal y Prestaciones por Invalidez en un 6,7%, ajustándose a la inflación de septiembre.

Con estas medidas, el ministro busca mejorar la posición de los conservadores con la promesa de fortalecer la economía, antes de las próximas elecciones generales previstas para el próximo año.

«Si queremos que la gente se levante temprano por la mañana, si queremos que la gente trabaje de noche, si queremos una economía en la que la gente haga un esfuerzo adicional y trabaje duro, entonces debemos reconocer que su arduo trabajo beneficia a todos de nosotros», dijo Hunt ante los parlamentarios.

El Gobierno, también planea lanzar una campaña para alentar el trabajo desde casa, especialmente dirigida a personas con discapacidad, para integrarlos al mercado laboral y reducir la dependencia de las prestaciones.

Además, los beneficios cesarán para quienes se nieguen a buscar trabajo.

Después de buscar trabajo durante 18 meses, un solicitante que todavía no ha encontrado empleo, tendrá que realizar unas prácticas obligatorias «para aumentar sus capacidades y mejorar su empleabilidad», anunció Hunt.

«Y si deciden no participar en el proceso de búsqueda de trabajo durante seis meses, cerraremos su caso y suspenderemos sus prestaciones», afirmó.

Según las previsiones de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), la economía del Reino Unido está proyectada a crecer un 0,6% este 2023, con la expectativa de que continúe aumentando en los próximos años.

Rachel Reeves, la responsable de la oposición laborista en temas económicos, criticó fuertemente el presupuesto presentado por Hunt, al argumentar que las medidas anunciadas son «insuficientes» y «no abordan adecuadamente» los problemas económicos actuales.

Reeves también cuestionó la efectividad de los planes del Gobierno, al afirmar que la realidad en el terreno es muy diferente a la percepción desde «10.000 pies de altura en su helicóptero».

Destacó que muchas familias, incluyendo 1.6 millones que tendrán que refinanciar sus hipotecas este año, están enfrentando aumentos significativos en sus pagos mensuales y acusó al Partido Conservador de no aprender de sus errores económicos pasados.

El sindicato de trabajadores TUC reaccionó también con dureza al presupuesto presentado por el ministro, calificándolo como un plan que no reconstruirá, sino que «nivelará hacia abajo» al país.

«En un momento en que nuestras escuelas y hospitales se están desmoronando, el ministro confirmó otra ronda de recortes de gastos punitivos e irrealizables para los servicios públicos y la inversión», expresó en un comunicado Paul Nowak, secretario general del gremio.

Advirtió que si los conservadores ganan la próxima elección, se puede esperar aún más austeridad.

«Hunt no tiene nada de qué sonreír cuando la gente trabajadora está en camino de enfrentar un congelamiento salarial real de 20 años. Los conservadores han roto Gran Bretaña. No son confiables para arreglarla», concluyó.