La primera ministra de Escocia, la independentista Nicola Sturgeon, llamó este lunes al Gobierno británico del conservador Boris Johnson a mostrar «espíritu de cooperación» y autorizar la celebración de un nuevo referendo de autodeterminación en esta nación de 5,5 millones de habitantes.

En el discurso de clausura de la conferencia anual de su formación, el Partido Nacional Escocés (SNP), Sturgeon aseguró que su «enfoque del gobierno y la política será, en la medida de lo posible, cooperativo y no de confrontación».

«Con ese espíritu de cooperación espero que los gobiernos escocés y británico puedan llegar a un acuerdo -como hicimos en 2014- para permitir que los deseos democráticos del pueblo escocés sean escuchados y respetados», afirmó, en referencia a una consulta anterior en la que se impuso por 55% permanecer en el Reino Unido, informó la agencia de noticias AFP.

Sturgeon, cuya popularidad creció debido al Brexit y a su gestión de la pandemia, quiere celebrar el nuevo referendo a fines de 2023, una vez superada la crisis provocada por la Covid-19.

Su partido ganó las elecciones regionales en mayo y se alió para gobernar con los ecologistas, que también apoyan un referendo.

Pero el primer ministro Johnson, que tiene la última palabra sobre si se permite tal consulta, se opone firmemente a ello, argumentado que ya se celebró una hace siete años.

El SNP defiende que el Brexit cambió la situación, ya que el 62% de los escoceses votó en contra de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y, sin embargo, la nación acabó divorciándose del bloque europeo con el resto del país contra su deseo.

Sturgeon denunció este lunes el impacto de la salida de la UE señalando el «aumento de los costos para los fabricantes», la «escasez de ciertos alimentos» y la «escasez de mano de obra en muchos sectores» debido a «la combinación de la pandemia y una política de inmigración profundamente hostil».

Su partido espera que Escocia pueda volver a integrar la UE como Estado independiente.

No corresponde a un gobierno en Londres «decidir nuestro futuro sin el consentimiento de la gente que vive aquí», lanzó.