El presidente ruso Vladimir Putin prolongó este jueves hasta 2019 el embargo a productos alimenticios de los países occidentales, en vigor desde 2014 en represalia por las sanciones decretadas por Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia por la anexión de Crimea.

El decreto firmado el jueves prolonga «hasta el 31 de diciembre de 2019» las restricciones a la importación de productos alimenticios, principalmente provenientes de la Unión Europea.

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El embargo, adoptado por primera vez en agosto de 2014, fue prolongado en tres ocasiones, en respuesta a la prolongación de las sanciones económicas europeas.

En junio, los 28 dirigentes de la UE decidieron oficialmente prolongar durante seis meses las sanciones económicas contra Rusia, por la falta de progresos en la implementación de los acuerdos de Minsk para permitir una tregua y un diálogo político entre los rebeldes prorrusos del este de Ucrania y el gobierno ucraniano.

Las sanciones occidentales decretadas contra Moscú, sumadas a la caída de los precios del crudo, hundió entonces a Rusia en la recesión más grave desde la llegada al poder de Putin, en el año 2000. El país se está recuperando progresivamente.

A largo plazo, las autoridades rusas esperan que el embargo favorezca el desarrollo del sector agrícola nacional, al que le otorga importantes subvenciones.