Rusia y Turquía anunciaron hoy un acuerdo para patrullar conjuntamente casi toda la frontera nororiental de Siria, tras el repliegue de combatientes kurdo-sirios, lo cual consolida la posición de ambos países en territorio sirio luego de la abrupta decisión del presidente Donald Trump de retirar a las tropas estadounidenses.

El anuncio llegó poco después de que los combatientes kurdo-sirios completaran su retirada de un sector de la frontera entre Siria y Turquía, en cumplimiento de un acuerdo con Turquía mediado por Estados Unidos, que incluyó una tregua en una ofensiva lanzada este mes por el Ejército turco contra los kurdo-sirios.

Los dos entendimientos transforman el mapa del noreste de Siria, ya que dejan a Turquía el control en solitario de un sector ubicado en el medio de la frontera mientras que fuerzas turcas, de Rusia y Siria tendrán el resto del límite bajo su vigilancia y supervisión.

Los presidentes de Rusia y Turquía, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, anunciaron su acuerdo tras seis horas de conversaciones en la sureña ciudad rusa de Sochi.

En virtud del pacto de diez puntos, los combatientes kurdo-sirios tendrán 150 horas desde esta medianoche -hasta el próximo martes a las 18- para retirarse de la frontera, informó EFE.

Fuerzas rusas y sirias se desplegarán en esa zona para asegurarse que los combatientes kurdo-sirios se replieguen hasta 30 kilómetros al sur de la frontera.

Al cabo de esas 150 horas, Rusia y Turquía iniciarán patrullas conjuntas en dos zonas de 10 kilómetros de ancho al este y oeste de la zona central que quedará bajo control turco.

El acuerdo no se aplicará a la región que rodea a la ciudad de Qamishli, en el extremo oriental de la frontera, donde la mayoría kurda es abrumadora. No se explicó cuál es el arreglo para esa zona.

Antes del anuncio de Erdogan y Putin, los combatientes kurdo-sirios completaron su retirada de una franja de territorio a lo largo de la frontera en cumplimiento de un acuerdo de tregua con Turquía mediado la semana pasada por Estados Unidos y que expiró hoy.

Desde 2015, estas milicias kurdas lucharon codo a codo con el Ejército de Estados Unidos contra el grupo islamista Estado Islámico (EI) en esa zona de Siria.

Pero la alianza se rompió este mes cuando el presidente estadounidense Donald Trump retiró de la zona a casi todos los soldados de su país, lo que allanó el camino para que Erdogan lanzara la ofensiva terrestre contra los kurdos, el 9 de octubre.

Hace años que Turquía quiere erradicar a esas milicias kurdas, a las que considera «terroristas» por sus vínculos con la insurgencia separatista kurda que pelea contra el Estado turco desde hace décadas, en un conflicto que ha dejado más de 50.000 muertos.

«Creo que este acuerdo dará comienzo a una nueva era hacia una estabilidad duradera de Siria y su liberación del terrorismo. Espero que este acuerdo sea beneficioso para nuestros países y para nuestros hermanos de Siria», dijo Erdogan en Sochi junto a Putin.

Turquía mantendrá ahora el control de un sector en el centro de la frontera que conquistó desde que lanzó su ofensiva. Ese es el territorio del cual se retiraron hoy los kurdo-sirios, y cuya extensión es de unos 120 kilómetros de ancho por 30 de profundidad, entre las localidades fronterizas siria de Tal Abyad y Ras al-Ayn.

Turquía quiere ubicar en esa zona a unos 2 millones de refugiados sirios que son en su enorme mayoría árabes, no kurdos, algo que los kurdo-sirios consideran una «limpieza étnica» que alterará la demografía de la única zona de mayoría kurda de Siria.

El acuerdo ruso-turco ayuda en gran medida a Siria, aliado de Rusia, a retomar el control de gran parte del noreste del país, de donde el Ejército sirio se retiró en 2012 luego de que cayeran en poder de grupos rebeldes.

El presidente sirio, Bashar Al Assad, que ha prometido retomar toda Siria, visitó hoy a tropas de su país en la norteña provincia de Idleb y dijo que apoyará cualquier «resistencia popular» contra la invasión turca.