plutonio-ruso-2Rusia canceló hoy un tratado con Estados Unidos de reconversión del plutonio militar en combustible nuclear para uso pacífico, tal como venía preanunciando, en represalia a la «amenaza a la estabilidad estratégica que suponen las acciones hostiles» de Washington hacia Moscú.

Así lo anuncia un comunicado oficial que señala que el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó hoy el decreto que suspende el Acuerdo de Gestión y Disposición de Plutonio (AGDP) suscrito entre ambas naciones en 2000 para la reconversión de 34 toneladas de plutonio militar en combustible nuclear de uso pacífico.

«La amenaza a la estabilidad estratégica que suponen las acciones hostiles de EE.UU. respecto a Rusia» es una de las razones de la decisión del Kremlin, señala el comunicado reproducido por la agencia de noticias EFE.

La decisión rusa se produce en el marco de tensas relaciones entre ambas potencias, vinculadas a la crisis de Ucrania, a las sanciones impuestas por Washington y la Unión Europea (UE) a Moscú por la anexión de la península de Crimea en 2014, por el respaldo a los independentistas del este del país y por lo que Rusia considera «la agresividad» de la OTAN.

Putin, que recordó la pasada semana la importancia de dicho documento para la «seguridad internacional», acusa a Washington de incumplir los compromisos adquiridos por meros motivos financieros.

«Nosotros gastamos dinero y construimos una planta (de reconversión) ¿Acaso somos más ricos que Estados Unidos? Por cierto, así ocurre en muchos casos», dijo.
El jefe del Kremlin advirtió además que, al optar por el reciclaje del material radiactivo en vez de su destrucción industrial, Washington se arroga el derecho a reutilizar «en cualquier momento» el plutonio con fines militares.

«Estados Unidos conduce hoy una política que convierte en utopía la esperanza de regresar a la cooperación en este delicado asunto», dijo por su parte Leonid Slutski, jefe del comité de Asuntos Internacionales de la Duma (Cámara Baja del Parlamento), que aprobó dicha ley a mediados de octubre.

Putin remitió a principios de octubre a la Duma el proyecto de suspensión del tratado, que es parte del programa de desarme estratégico puesto en marcha por ambos países desde el fin de la Guerra Fría.

Como condición para regresar al tratado, Putin presentó una serie de exigencias como el levantamiento de las sanciones o compensar a Rusia por las pérdidas causadas, aunque Moscú admitió desde un primer momento que no esperaba que Washington las aceptara.

Entre las exigencias está incluida la persistente demanda de retirar las tropas y el armamento desplegado por Estados Unidos en los países de Europa del Este que ingresaron en la OTAN en este siglo, como es el caso de los tres países bálticos o Polonia.

El tratado fue firmado hace quince años y comprometía a los dos países a reconvertir 34 toneladas de plutonio militar empleado en la fabricación de bombas atómicas en el combustible de uso pacífico MOX, una mezcla de óxido de uranio y óxido de plutonio.

A principios de mes el Gobierno ruso también suspendió el acuerdo con Estados Unidos de cooperación en materia de investigación nuclear y energética, en respuesta a las sanciones adoptadas por la Casa Blanca tras la crisis ucraniana.

Recientemente, el último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, urgió a los líderes de ambos países a renunciar al antagonismo y a recuperar el diálogo en todos los ámbitos, pero sobre todo en el que atañe a la no proliferación nuclear.

A principios de octubre se cumplieron 30 años del histórico encuentro entre Gorbachov y el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en Reikiavik (Islandia), que puso las bases para el inicio del proceso de desarme nuclear entre ambas potencias.

Comprometía a ambos dos países a eliminar cada cual al menos 34 toneladas métricas de plutonio de uso militar -cantidad suficiente para la producción de 17.000 ojivas nucleares- reciclando este material en combustible para plantas nucleares.