El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, declaró este lunes a un diario estatal que el incidente del pasado 31 de octubre, en el cual un avión ruso con 224 pasajeros se estrelló en la Península de Sinaí, Egipto, posiblemente haya sido un «acto terrorista» de parte de una rama egipcia del Estado Islámico.

Desde el grupo yihadista, además, se adjudicaron la autoría del hecho como represalia por los bombardeos que Rusia ejecutó en Siria, aunque no especificaron en los métodos utilizados para perpetrarlo.

Medvedev, aseguró en una entrevista con un diario estatal que «la posibilidad de un acto terrorista es considerada». A su vez, expertos en la temática de distintos países ya manejaban esta hipótesis, debido a que Rusia es considerada como un blanco principal por el EI a raíz de su protagonismo reciente en el país árabe.

Mientras tanto, desde Moscú han prohibido todos los vuelos comerciales a Egipto, al mismo tiempo que un centenar de rusos alojados en dicho país, en su mayoría turistas, acudieron al aeropuerto para regresar a su lugar de origen en aviones fletados por la capital rusa y Londres.

Según trascendió, serían unos 70.000 turistas rusos y unos 15.000 británicos aproximadamente los que se encontraban allí. Muchos de los grandes complejos hoteleros fueron vaciándose después del atentado, lo que supone también un grave revés al turismo egipcio, que viene decayendo desde inestabilidad pos caída del presidente en 2011 Hosni Mubarak.

La seguridad en dicho aeropuerto y distintos puntos de la nación fue reforzada, a tal punto que periodistas de la AFP (Agence France-Presse) confirmaron que era mayor el número de policías que de turistas.