París vive hoy la cuarta marcha de los chalecos amarillos bajo un clima de tensión tras los graves enfrentamientos producidos en la capital francesa los pasados sábados. La ciudad ha cerrado la mayoría de sus museos y monumentos, de la Torre Eiffel a la catedral de Notre Dame o el más alejado Panteón.

También muchos teatros y la ópera han cancelado sus espectáculos ante el temor a grandes disturbios, en unas protestas que han puesto el foco en el presidente Emmanuel Macron y las élites políticas y económicas. Pasadas las 8.00 de la mañana, la policía francesa ya había realizado 481 detenciones por “participación en grupo con vistas a preparar actos de violencia contra personas o destrucción” y 211 personas se encontraban en detención preventiva, según medios franceses.

«Quedarse en casa ayuda a Macron». Los gritos son constantes contra el presidente, al que piden que dimita.

En el inicio de una jornada que se prevé tensa, la policía cargó y lanzó gases lacrimógenos esta mañana en París contra los «chalecos amarillos» que manifestaban contra el costo de vida francés en la avenida de los Campos Elíseos y calles adyacentes.

Desde las 9 de la mañana (5 de Argentina) la tensión entre los manifestantes y la policía antidisturbios produjo los primeros encontronazos sobre la tradicional avenida, coronada por en Arco del Triunfo, que hace una semana fue tomado por los «chalecos amarillos».

Tras casi una hora de intentar impedir que los manifestantes avanzaran hacia ese monumento, los policías lanzaron gases para dispersar a varias decenas de «chalecos amarillos» que trataban de penetrar por la calle Arsène Houssaye, cercana a los Campos Elíseos, informó la agencia EFE.

Por otra parte, esta mañana la policía realizó varias detenciones preventivas, con el fin de evitar que los enfrentamientos ingresen en un crescendo, como hace una semana.

Según Johanna Primevert, portavoz de la Prefectura de Policía, a media mañana se contabilizaban 354 arrestados, de los cuales 127 habían quedado bajo custodia.

Primevert indicó en declaraciones a televisivas que a esa hora había en los Campos Elíseos unos 1.500 manifestantes y varios cientos en la plaza de la Bastilla y en la Puerta Maillot, junto al Palacio de Congresos.

Tabién a media mañana, el primer ministro francés, Édouard Philippe, presidió una reunión con los responsables de seguridad en el Ministerio del Interior, entre otros con su titular, Christophe Castaner, para supervisar la marcha del dispositivo por las protestas.

Durante la madrugada se realizaron controles en los peajes de autopista de acceso a París, donde requisaron a «chalecos amarillos» que acudían a la capital máscaras de gas y objetos contundentes.

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