Las delegaciones china y estadounidense acordaron realizar una nueva reunión en el mes de septiembre en Estados Unidos, tras dos días de conversaciones en Shangai que calificaron de «francas» y «constructivas» pero culminaron sin acuerdos, informaron hoy medios estatales.

La cumbre ensombrecida por una catarata de duros tuits del presidente Donald Trump, en su primera jornada de ayer, terminó tras una cena de trabajo y medio día de negociaciones que mostraron tanto la voluntad de seguir negociando como el hecho de que ambas partes prefieren no evidenciar apuro por cerrar un pacto definitivo.

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La agencia de noticias china Xinhuá reportó que «las dos partes llevaron a cabo intercambios en profundidad, francos, altamente eficientes y constructivos sobre los principales temas de interés común en el campo económico y comercial».

También se discutió la compra de productos agrícolas estadounidenses por parte de China.

La ronda de negociaciones que busca destrabar la guerra comercial desatada entre ambas potencias, fue la primera desde que Washington y Beijing instauraron una tregua arancelaria a finales de junio en el marco del G20 en Osaka.

Las negociaciones se habían detenido en mayo, y el presidente Trump subió del 10 al 25% aranceles a productos chinos por 200.000 millones de dólares, lo que llevó a su homólogo chino, Xi Jinping, a responder con tasas a productos estadounidenses por valor de 60.000 millones.

Por Estados Unidos participó el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, mientras que China estuvo representada por el viceprimer ministro, Liu He, y el ministro de Comercio, Zhong Shan, quien no participó en las anteriores rondas, informó la agencia de noticias EFE.

Lighthizer y Mnuchin llegaron el martes y se unieron a los funcionarios chinos para la cena y las discusiones informales, justo cuando Trump criticó a la parte china en Twitter, diciendo que «al final siempre cambian el acuerdo para su beneficio».

Las tensiones entre Washington y Beijing tienen sus raíces en el desequilibrio de la balanza comercial a favor de China, que exporta 419.000 millones de dólares más de lo que importa desde Estados Unidos.

Trump asegura que esto se debe a las injustas prácticas comerciales del gigante asiático.