Los agricultores del nordeste de Australia que el año pasado tuvieron problemas para mantener con vida a su ganado debido a la sequía tienen que hacer frente ahora a unas inundaciones sin precedentes que matan a sus animales, anunciaron el miércoles las autoridades.

El ejército australiano fue enviado como refuerzo para lanzar forraje a los animales atrapados en las zonas inundadas en el Estado de Queensland para evitar que mueran de hambre, mientras los ganaderos siguen bloqueados en las granjas, declaró el ministro de Agricultura, David Littleproud.

«Es desolador para los productores que invirtieron enormes cantidades de dinero y energía para mantener sus animales en vida durante la sequía, de verlos hoy devastados por las inundaciones», declaró Michael Guerin, del grupo de defensa de los agricultores AgForce.

Las pérdidas debidas a las inundaciones se elevarán seguramente a «cientos de millones de dólares», advirtió.

El interior del este australiano, incluyendo Queensland, sufrió una profunda y prolongada sequía. Por eso las lluvias del monzón de mediados de enero en el norte tropical fueron vistas al principio como un alivio para la zona, pero pronto llegó la tragedia al convertirse en un diluvio que inundó ganado y viviendas.