El presidente estadounidense, Donald Trump, enfrenta este viernes el mayor desafío hasta ahora en su presidencia con una votación en el Congreso sobre la reforma del sistema de salud pública, que pone en juego su capacidad de negociar y consolidar el apoyo del legislativo.

La aprobación de su controvertida reforma del actual modelo de salud pública, conocido como Obamacare es una cuestión de honor para Trump y también la oportunidad de poner a prueba la unidad del Partido Republicano en torno a la Casa Blanca.

El debate para esta votación estaba originalmente programado para la noche del jueves, pero la perspectiva concreta de un fracaso para lograr su aprobación hizo que la sesión se postergara para este viernes.

El jueves Trump lanzó un ultimátum a su dividida tropa republicana: aprobar el proyecto de reforma defendido por la Casa Blanca o el presidente simplemente dejará en vigor el sistema Obamacare.

En la mañana de este viernes, la Cámara de Representantes realizará una primera votación para definir el procedimiento de la discusión y voto del proyecto principal, en un escenario que requerirá aún más de la capacidad negociadora de la Casa Blanca.

Fiel a su estilo, este viernes Trump recurrió a la red social Twitter para mandar un mensaje a los electores que sin embargo es también un velado guiño a los legisladores: «Después de siete horribles años de Obamacare (…) esta es finalmente la oportunidad de un gran plan de salud», escribió.

El desmantelamiento y sustitución del sistema aprobado hace siete años y conocido como Obamacare fue una de las más insistentes promesas de campaña de Trump, que siempre lo calificó de «verdadero desastre».

Sin embargo, después de su investidura, Trump y los legisladores del Partido Republicano percibieron que era necesario proponer una legislación alternativa, y fue el momento en que la unidad detrás del presidente se resquebrajó.

El proyecto de ley de la Casa Blanca busca recomponer parte del sistema vigente antes del Obamacare (con seguros de salud básicamente sin regulación), pero mantiene algunas partes consideradas clave, como la cobertura de enfermedades preexistentes a la firma de los contratos de seguro.

Aún así, una comisión del Congreso que se encarga de estadísticas señaló que el proyecto presentado por Trump dejaría en el corto plazo a unas 14 millones de personas sin cobertura médica, cifra que podría aumentar a más de 20 millones en pocos años.

Sin embargo, la oposición más férrea al plan no partió de los sectores moderados del partido sino del ala más ultraconservadora, que critica que se mantenga elementos esenciales del sistema Obamacare.