El historiador, futurista y asesor del Foro Económico Mundial, Yuval Harari, se refirió a la incidencia de las tecnologías modernas en el mundo de hoy al afirmar de manera tajante: “Simplemente no necesitamos a la gran mayoría de la población”. El argumento sostenido por Harari dice que la irrupción tecnológica hace que el trabajo humano sea económica y militarmente “redundante”.

El asesor del Foro global dio una entrevista con el director de TED, Chris Anderson, que fue publicada este martes. En la misma, evaluó la desilusión contemporánea generalizada entre la «gente común» como arraigada en el temor de ser «dejado atrás» en un futuro dirigido por «gente inteligente». Tales temores están justificados, agregó, “dada su proyección de que las tecnologías emergentes desplazarán las necesidades económicas a muchas categorías de trabajo existente”. “Mucha gente siente que se está quedando atrás y fuera de la historia, incluso si sus condiciones materiales todavía son relativamente buenas”, describió.

Enseguida, expuso: “En el siglo XX, lo que era común a todas las historias – la liberal, la fascista, la comunista – es que los grandes héroes de la historia eran la gente común, no necesariamente toda la gente, pero si vivías, digamos, en la Unión Soviética en la década de 1930, la vida era muy sombría, pero cuando mirabas los carteles de propaganda en las paredes que representaban el futuro glorioso, estabas allí”.

“Miraste los carteles que mostraban a los trabajadores del acero y los agricultores en poses heroicas, y era obvio que este es el futuro”, redondeó, y agregó: “Ahora, cuando las personas miran los carteles en las paredes o escuchan las charlas de TED, escuchan muchas de estas grandes ideas y grandes palabras sobre el aprendizaje automático, la ingeniería genética, blockchain y la globalización, y no están allí”.

A continuación describió desde su mirada: “Ya no son parte de la historia del futuro, y otra vez creo que, y esto es una hipótesis, si trato de comprender y conectarme con el profundo resentimiento de las personas, en muchos lugares del mundo, parte de lo que podría allí estar sucediendo es que la gente se dé cuenta, y tenga razón de pensar eso, que, ‘el futuro no me necesita: con toda la gente inteligente en California y en Nueva York y en Beijing que están planeando este increíble futuro con inteligencia artificial y bioingeniería, y la conectividad global y todo eso, no me necesitan. Quizá si son amables me tirarán unas migajas como la renta básica universal’, pero psicológicamente es mucho peor sentirse inútil que sentirse explotado”.

Luego, Harari comparó el siglo XX con el XXI mientras pronosticaba que las economías del siglo actual y futuras disminuirán progresivamente la necesidad de seres humanos: “Si regresas a mediados del siglo XX, y no importa si estás en los Estados Unidos con Roosevelt, o si estás en Alemania con Hitler, o incluso en la URSS con Stalin, y piensas sobre construir el futuro, entonces sus materiales de construcción son esos millones de personas que están trabajando duro en las fábricas, en las granjas, los soldados. Los necesitas. No tienes ningún tipo de futuro sin ellos”.

“Ahora, avancemos rápidamente hasta principios del siglo XXI, cuando simplemente no necesitamos a la gran mayoría de la población”, concluyó, “porque el futuro consiste en desarrollar tecnología cada vez más sofisticada, como la inteligencia artificial (y) la bioingeniería. La mayoría de la gente no contribuye en nada a eso, excepto quizás por sus datos, y cualquier cosa que la gente siga haciendo y que sea útil, estas tecnologías se volverán cada vez más redundantes y permitirán reemplazar a la gente”, finalizó.