Al menos 17 soldados murieron en una emboscada yihadista en Níger, informó este miércoles el Gobierno militar de facto, antes de una reunión de países de África occidental sobre una posible intervención armada para restituir al derrocado presidente Mohamed Bazoum.

El Ministerio de Defensa nigerino informó que otros 20 soldados resultaron heridos en la emboscada del martes cerca de la localidad de Koutougou en la región suroccidental de Tillabéri, próxima a la frontera con Burkina Faso, informó la agencia de noticias AFP.

Se trata del ataque más mortífero en Níger, país que desde hace varios años confronta la violencia de grupos yihadistas, desde el golpe de Estado del 26 de julio contra Bazoum.

Los militares justificaron el levantamiento argumentando que era necesario por el deterioro de la seguridad y la economía con Bazoum, asumido en 2021 en el primer traspaso pacífico del poder en Níger desde su independencia, en 1960.

Los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) ya han iniciado preparativos para una eventual intervención militar para restaurar el orden constitucional, pero dicen que por ahora quieren priorizar el diálogo y la vía diplomática.

Los jefes del Estado Mayor de los países miembros de la Cedeao se reunirán el jueves en Accra, Ghana, para abordar los detalles de esta posible operación.

No obstante, los llamados a una resolución pacífica de la crisis se han multiplicado estos últimos días, también por parte de varios socios occidentales, como Estados Unidos.

«Seguimos enfocados en la vía diplomática para lograr (…) el retorno al orden constitucional, y creo que sigue habiendo margen para obtener este resultado a través de la diplomacia», declaró el martes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, instó también a buscar una resolución «política y diplomática pacífica» de la crisis durante una llamada con Assimi Goita, líder de los militares que gobiernan en Mali.

Los militares en el poder en Níger buscan aliados en la región.

El nuevo jefe del Gobierno nigerino nombrado por la junta militar, Ali Mahaman Lamine Zeine, viajó ayer a Chad, donde fue recibido por su presidente.

Zeine llevó un «mensaje» del nuevo hombre fuerte de Níger, el general golpista Abdourahamane Tchiani, para expresar su «hermandad» y «renovar el sentimiento de buena vecindad» entre los dos países vecinos.

Por primera vez, Zeine mencionó que su país estaba «en un proceso de transición», pero no precisó el plazo hasta unas posibles elecciones para reinstaurar el orden constitucional.

Chad, un país que tiene un importante contingente militar, ya avanzó la semana pasada que no participaría en ninguna intervención de la Cedeao, de la que no forma parte.

Mali y Burkina Faso, también dirigidos por militares que dieron golpes de Estado en 2020 y 2022 respectivamente, mostraron rápidamente su apoyo a los generales de Níger.

El presidente Bazoum sigue retenido desde el 26 de julio en su residencia en Niamey, la capital de Níger, y los militares han asegurado que lo quieren procesar por «alta traición».

Según la junta militar, una operación armada contra su país sería una «agresión ilegal» y tendría una «respuesta inmediata» por su parte.

El Ejército nigerino está movilizado desde hace años en la lucha contra los yihadistas, especialmente en la inmensa región de Tillabéri, situada en la zona llamada de «tres fronteras» entre Níger, Burkina Faso y Malí.

Fue precisamente en este sector, refugio de yihadistas, donde tuvo lugar el ataque del martes.

Antes del golpe de Estado, Francia, ex potencia colonial con 1.500 soldados desplegados en Níger, participaba activamente con el Ejército nigerino en la lucha contra estos grupos yihadistas.