El proceso de desescalamiento, con el paso a la fase 1, ya se practica en varias ciudades de países europeos. El ímpetu hizo que en ocasiones no sean tan prolijas las transiciones y por ello se adoptaron métodos para que algunos negocios no sufran el cierre.

El paso a la fase 1 en varias localidades de algunos países europeos ocasionó los inconvenientes que se producen cuando se regresa a situaciones que habían estado vedadas después de un momento de ansia y espera.

Es así que en varios bares, aunque con las restricciones minuciosamente explicadas, la clientela comenzó a regresar no sin alguna desprolijidad en cuanto a la distancia social que se debe mantener con la sabida consecuencia del cierre del local comercial.

Para evitar mayores problemas, el Café Konditorei Rothe de la localidad alemana de Schwerin ideó un efectivo (aunque un tanto incómodo) sistema para garantizar que la separación entre sus clientes no será motivo de desagradables consecuencias.

Mientras algunos forzaron sus presupuestos para colocar en las mesas costosos separadores acrílicos, los dueños del mencionado bar les ofrecen a sus clientes unos sombreros con flotadores cilíndricos, los que se usan habitualmente en las piletas, pegados en su parte superior.

La solución no parece ser de las más cómodas, pero garantiza que a simple vista cualquiera pueda distinguir que la distancia establecida por las autoridades de salud en el marco de la pandemia de coronavirus, es la correcta.

La ciudad de Schwerin es la capital del Estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, uno de los cuales en los que la desescalada comenzó y permitió así la apertura de varios tipos de comercios.

En la misma Alemania, otras regiones como la de Baviera deberán esperar unos días más, hasta el 17 de mayo, para recuperar parte de la vida que se llevaba a cabo antes de la pandemia de Covid-19.