Un misil ruso alcanzó este lunes un edificio residencial en la ciudad central ucraniana donde nació el presidente Volodimir Zelenski y dejó cinco muertos y 64 heridos, mientras Rusia intensifica los bombardeos tras una serie de ataques con drones en su territorio, incluyendo contra Moscú.

El misil lanzado contra la ciudad de Krivoi Rog destruyó una sección del edificio de departamentos entre el cuarto y el noveno piso, mientras que otro misil balístico ruso impactó en un edificio universitario sin que hubiera reportes de víctimas, dijeron autoridades locales.

Videos subidos a redes sociales mostraron negras columnas de humo que salían por las ventanas de departamentos y autos dañados o calcinados estacionados en una calle bajo frondosos árboles.

Zelenski dijo en Telegram que entre los muertos había una chica de 10 años y su madre, y que unas 350 personas participaban del operativo de rescate.

El otro misil destruyó parte del edificio universitario de cuatro pisos, dijo el responsable de la administración militar de la ciudad, Oleksandr Vilkul.

Más al este, un ataque de artillería ucraniano mató a dos personas e hirió a seis en la ciudad de Donetsk, capital de la provincia oriental ucraniana del mismo nombre, que está parcialmente ocupada y que fue anexada por Rusia, dijo el gobernador instalado por Moscú, Denis Pushilin.

Pushilin agregó que un colectivo también fue alcanzado en uno de los múltiples ataques lanzados hoy por Ucrania contra Donetsk capital, que ya estaba en manos de separatistas ucranianos desde 2014, ocho años antes del inicio de la invasión rusa, en febrero de 2022.

Ucrania redobló la semana pasada una contraofensiva lanzada en junio con armas recibidas de Occidente para intentar recuperar territorios ocupados por Rusia en cuatro provincias del sur y el este, incluyendo Donetsk. Por ahora, la operación ha tenido resultados limitados.

Al mismo tiempo, Ucrania parece haber comenzado a llevar la guerra al interior de Rusia, con ataques con drones que han alcanzado blancos tan lejanos como Moscú, a unos 500 kilómetros de la frontera ucraniana.

En días recientes, ataques con drones atribuidos por Rusia a Ucrania se han vuelto más frecuentes en zonas anexadas por Moscú, especialmente en la península de Crimea, en el mar Negro. Pero también ha habido bombardeos en territorio ruso, incluyendo en la capital.

El domingo, drones lanzados contra Moscú fueron neutralizados por las defensas antiaéreas y, al caer, se estrellaron contra dos edificios de oficinas a unos pocos kilómetros del Kremlin, la sede del Gobierno ruso.

Ucrania ha dicho a lo largo de la guerra que solo se defiende de la agresión rusa contra su territorio, y no ha reivindicado ningún ataque dentro de Rusia.

Sin embargo, Zelenski dijo el domingo tras el ataque con drones a Moscú que Ucrania estaba «más fuerte» y la guerra estaba «volviendo a Rusia», y que esto era un proceso «inevitable y justo».

El vocero del presidente ruso, Vladimir Putin, dijo este lunes que la seguridad fue reforzada en Moscú luego de ese ataque, que describió como un «acto desesperado» de Ucrania ante el fracaso de su contraofensiva.

«El régimen de Kiev está en una situación muy, muy difícil», dijo el vocero, Dmitri Peskov, a periodistas.

«La contraofensiva no está funcionado como se planeó. Es obvio que los recursos multimillonarios que han sido transferidos por países de la OTAN al régimen de Kiev se están gastando de manera ineficiente», prosiguió.

«Esto genera grandes cuestionamientos en las capitales occidentales y gran descontento entre los contribuyentes de países occidentales», agregó, informó la agencia de noticias Sputnik.

Otro ataque con un dron ucraniano tuvo este lunes por blanco una comisaría en la región rusa de Briansk, que limita con Ucrania, pero no hubo víctimas, dijo el gobernador local.

Zelenski condenó el ataque contra su ciudad natal.

«Bombardearon edificios residenciales, un edificio universitario, una intersección vial. Lamentablemente, hay muertos y heridos. Puede haber gente bajo los escombros», dijo en Facebook el presidente, denunciando una vez más el «terrorismo ruso».

En Rusia, el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, dijo este lunes que los ataques de Moscú contra infraestructuras militares ucranianas habían «aumentado considerablemente» en respuesta a las incursiones de drones en territorio ruso de los últimos días.

No quedó claro a qué objetivos militares se refería, ya que Ucrania ha afirmado que todos los últimos bombardeos rusos tuvieron como blanco infraestructura civil.

En la sureña ciudad portuaria ucraniana de Odesa, recientes ataques rusos alcanzaron infraestructura portuaria y silos de cereales, luego de que Rusia se retirara de un acuerdo para permitir la exportación segura de granos de Ucrania por el mar Negro pese a la guerra.

La Cancillería de Ucrania dijo este lunes que estimaba que 180.000 toneladas métricas de granos fueron destruidas por bombardeos rusos en los últimos nueve días.

Otros ataques de Rusia mataron este lunes a una mujer de 70 años en su casa en un pueblo de la provincia oriental de Jarkov cerca de la ciudad de Izyum, así como a un civil en la sureña ciudad ucraniana de Jerson, dijeron autoridades locales.

En la provincia de Donetsk, una persona murió y otras siete resultaron heridas luego de que Rusia atacara 12 localidades y pueblos bajo control de Ucrania, dijo el gobernador Pavlo Kirilenko.

Por su parte, la viceministra de Defensa ucraniana, Ganna Maliar, contradijo a Moscú y calificó de «éxito» la actuación de las tropas ucranianas en el sur del país, donde dijo que han logrado recuperar nuevos territorios en los últimos dos meses.

Según Maliar, una ofensiva lanzada la semana pasada como parte de contraofensiva ha permitido «liberar» 12,6 kilómetros cuadrados de territorio ocupado, hasta un total de 204,7 kilómetros cuadrados desde el inicio de la operación.

Las fuerzas ucranianas avanzan lentamente al enfrentarse con sólidas líneas de defensa rusas, reiteró.

En Donetsk, la viceministra reivindicó la recuperación de 2 kilómetros cuadrados la semana pasada, hasta un total de 37 kilómetros cuadrados «liberados» en la zona desde principios de junio.