Un software gratuito y libre que permite identificar bacterias que pueden ser potencialmente beneficiosas como bioestimulantes de plantas o agente de biocontrol de plagas, desarrollado por científicos de Rosario, fue dado a conocer hoy.

La nueva herramienta bioinformática, llamada GeM-Pro, fue diseñada y testeada por investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y permite agrupar y predecir de forma rápida qué microorganismos presentan un mayor número de genes con capacidad de promover el crecimiento o proteger contra patógenos a las plantas, reportó la Agencia CyTA-Fundación Leloir.

“Se podrían seleccionar bacterias respecto a su capacidad de estimular el crecimiento vegetal o hacer un control biológico de plagas”, afirmó uno de los autores del avance, Martín Espariz, investigador del Laboratorio de Fisiología y Genética de Bacterias Lácticas del IBR, dependiente del Conicet.

En un estudio publicado en la revista “Applied Microbiology and Biotechnology”, el software mostró ser capaz de clasificar más de 780 cepas de bacterias del género Bacillus, en base a la presencia de 84 genes clave que participan en mejorar el crecimiento de las plantas.

El GeM-Pro puede ser ejecutada en cualquier computadora de escritorio común, ya que no requiere de gran capacidad de cómputo. “Esta es una de las grandes ventajas”, afirmó Espariz, para quien la herramienta hecha en Rosario “logró encontrar un lugar entre las aplicaciones más potentes del mundo para estudiar bacterias”.

El nuevo software también puede tener la capacidad de identificar genes asociados a procesos asociados con la virulencia de las bacterias, por lo que podría aplicarse tanto el campo de la medicina como de la producción agropecuaria.

En ese sentido, Espariz destacó que GeM-Pro “puede ser también útil para estudiar bacterias patógenas o para identificar bacterias probióticas beneficiosas para la salud que puedan incorporarse en alimentos. De hecho, aplicaremos la herramienta para la selección de cepas bacterianas para su uso en la industria de alimentos fermentados, como el queso y vino”, explicó.