Una jueza estadounidense que trabaja en un caso facturas impagas descubrió que entre sus contactos de Facebook se encontraba el propio acusado. Inmediatamente entonces, decidió recusarse en el caso.

Sin embargo, la corte de apelaciones del estado de Florida resolvió que no era necesario que la magistrado se aparte del procedimiento ya que “la recopilación automática de datos y los algoritmos de Facebook llevan a los usuarios a aceptar peticiones de personas a las que apenas conocen o con las que solo tienen una relación profesional”.

Aunque la disputa no termina allí. Una corte de apelaciones en Palm Beach dictaminó que existe una duda sobre el significado real de la amistad en redes sociales, que podría ser determinada en última instancia por la Corte Suprema de Florida.