Se trata de un tratamiento de la imagen procedente del mundo de la fotografía capaz de mejorar los detalles y las texturas en las zonas más luminosas y más oscuras de la escena, que muestra matices donde antes no era posible y eso genera una imagen mucho más impactante gracias a la tecnología digital.

Para esto hace falta un procesador rápido y potente, y un panel con un alto brillo y gran nivel de control de contraste, puede que no se aprecie en un noticiero, pero en una película los resultados son evidentes.

Esta nueva tecnología es solo la guinda del conjunto de prestaciones que ya ofrecen las nuevas pantallas, conocidas como smartTV.

Por desgracia las apps no son compatibles entre ellas, igual que ocurre con los móviles, así que conocer la oferta de apps en cada sistema es otro de los puntos importantes antes de decidirse por un sistema u otro.

En 2015 cerca de 486 millones de televisores estaban conectados a internet, y en 3 años se espera que casi se duplique esa cifra, según Digital TV Research.

Esto consolida una adopción constante de los televisores inteligentes desde el año 2010 si bien no queda claro cuál es el sistema dominante.