Este viernes se recordaron los 50 años del golpe de Estado en Uruguay, que tuvo lugar el 27 de junio de 1973. Se trató de una dictadura cívico-militar que se extendió desde ese año hasta 1985.

Con una charla abierta en la Facultad de Humanidades y Artes en Rosario, el Frente Amplio de ese país abordó los sucesos trascendentales de lo que dejó el terrorismo de estado, con el objetivo de poner en valor la lucha de los trabajadores y subrayar el «nunca más» en torno al terrorismo estatal.

En ese sentido, Fernando Pereira Kosec, presidente del partido, en diálogo con Conclusión, expresó: “La dictadura fue salvaje. En Uruguay hubo una huelga de trabajadores durante 15 días. Desde el punto de vista de quienes integramos ese movimiento obrero, popular, esa manifestación nunca le dio legitimidad a la dictadura”.

“En la década de 1980, la dictadura plebiscitó su proyecto y el «no» ganó. Eso siempre es algo que se lleva en el alma, el espíritu de los pueblos que luchan contra los regímenes autoritarios, la prepotencia, el maltrato y, en nuestro caso, la tortura, las desapariciones, el exilio”, remarcó.

“Recordar a esos luchadores sociales que fueron capaces de establecer una lucha contra la dictadura es mucho más importante que recordar la dictadura. De los dictadores nos acordamos para lo malo, de esos luchadores para enorgullecernos que los pueblos también resisten la pisada de los salvajes”, puntualizó el dirigente.

Consultado sobre cómo se armó la resistencia, el también miembro de la organización política Vertiente Artiguista, destacó: “La CNT resolvió en 1964 ir a una huelga si había una ruptura institucional, que luego sucedió en 1973. Los trabajadores la planificaron nueve años, allí se decidió cómo organizar los lugares de trabajo, quien iba a tener esa responsabilidad, como hacer movilizaciones en medio de tanques y caballos, eso fue posible hacerlo”.

“La huelga fue derrotada, la dictadura se mantuvo en Uruguay durante 12 años, la resistencia estuvo en todo el mundo”, recordó.

“Buena parte de la dirección de ese movimiento obrero está desaparecida, fueron resistencia y eso les costó su propia vida”, dijo Pereira.

“Es una campaña sistemática de desprestigio intentar horadar la imagen de los sindicatos. En vez de homenajear a aquellos que han construido un poder popular que permite a la gente vivir más dignamente, obtener más derechos, tener horas de ocio, el poder los intenta denigrar. Deberíamos construir una conciencia de defensa del trabajador que vaya más allá de los avatares del poder”, reflexionó.

“La acción de los cobardes permitió que todavía no sepamos dónde están más de 190 desaparecidos, hace que miles de uruguayos estén afectados psicológicamente por años de torturas, de prisión en condiciones inhumanas”, apuntó el funcionario.

En referencia a la actualidad del Movimiento Obrero, Pereira resaltó: “Uruguay es muy potente, tiene una afiliación de 400.000 trabajadores, nuclea a buena parte de los funcionarios públicos de la construcción, el metal, es un movimiento sindical muy maduro, creativo, y es difícil derrocarlo a empujones”.

“Mientras la lucha permea en la sociedad, le gente mejora su condición de vida, ser escudo de los débiles es de las mayores felicidades”, concluyó.