Veinte años después del estallido social que produjo la caída de Fernando de La Rúa y de la represión policial que se cobró la vida de Lepratti, su hermana, Celeste, afirma que «no lo mataron, sino que lo multiplicaron».

La tarde del miércoles 19, tras una jornada convulsionada con múltiples movilizaciones populares y algunos saqueos en Rosario, Lepratti subido a los techos de la escuela del barrio Las Flores donde daba de comer a los alumnos, al escuchar disparos, suplicó: «Dejen de tirar, bajen las armas, que hay pibes comiendo», gritó al ver pasar un móvil policial, del que se bajaron dos uniformados que dispararon hacia los altos de la escuela. Los proyectiles del policía Esteban Velázquez, según la investigación judicial posterior, dieron en la garganta de «Pocho», que cayó muerto.

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Para Celeste Lepratti, “la represión fue la única respuesta que tuvo el Estado en sus distintos niveles para lo que estaba sucediendo”.

“Vivimos estos días con mucha tristeza como familiares, fueron muchas las personas a las que se le fue la vida en esas jornadas. El pueblo dijo muchas cosas en esas jornadas, salió a la calle y dijo basta. Se piensa como días de rebeldía”, expresó Lepratti en diálogo con Conclusión.

A su vez, la ex concejala de Rosario denunció la falta de Justicia por las víctimas de aquella represión: “Se garantizó la impunidad. Hace muy poquito murió de forma impune Carlos Reutemann, a quien señalamos como el principal responsable de la masacre de 2001 en Santa Fe”.

 

“De la Rúa corrió la misma suerte, con la diferencia de que fue sentado en el banquillo de los acusados y fue absuelto. En Santa Fe nunca tuvimos esa responsabilidad. La justicia nunca creyó necesario que Reutemann siquiera tuviera que declarar. Nunca se investigó la cadena de mandos. Reclamamos por las víctimas fatales, pero también por los heridos y heridas de esas jornadas a los que les cambió la vida para siempre”, agregó Lepratti.

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Desde el principio la justicia de Santa Fe trabajó para garantizar la impunidad para los policías y para los de arriba. Creo que es muy ejemplificador pensar lo que sucedió. Pedimos que tomaran todas las muertes de la misma manera, juntas. La justicia, al contrario, separó las causas, entonces eso las debilitó y con el tiempo se fueron cerrando”.

Desde el principio la justicia de Santa Fe trabajó para garantizar la impunidad

“El sistema tampoco nos posibilitaba ser querellantes. No estaba la instancia del juicio oral y público. De esta justicia no esperamos nada. Hay otra justicia que hacemos todos los días, que tiene que ver con una construcción, en clave de lo colectivo. Viene de un lugar más profundo en lo humano, lo amoroso, tiene que ver con relacionarnos de otra manera, esa es la apuesta. Ahora estamos signados por la violencia”, contó la hermana.

El encuentro con las familias

Con el correr de los años las familias de las víctimas se unieron aunadas por un pedido en común: justicia, por lo que dieron nacimiento a la Asamblea del 19 y 20, que “sigue dando pelea contra la desmemoria”. La resistencia se da en el marco de la memoria y la lucha permanente.

“En este camino nos fuimos encontrando con familiares de esas 39 víctimas, siete a manos de la policía reutemmista. Seguimos diciendo que no tuvimos respuesta. Tampoco tuvimos ningún tipo de acompañamiento o reparación. Esas causas siguen vigentes. Con el resto de las familias nos unen los mismos reclamos”.

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“Nos encontramos que a mucha gente le pasó lo mismo, pero al caminar nos encontramos con otras y otros que venían viviendo lo mismo. No pensamos que iban a transitar ese camino, pero nos encontramos y nos fuimos dando fuerza. Todo aquello que podemos hacer, es ir caminando y en clave de lo colectivo. Si hay alguna salida es de esa manera. Es con otras y otros. Hay muchos que dan el ejemplo de que luchar vale la pena. Para seguir pensando que podemos transformar esta realidad”, expresó Lepratti.

Militante social

La figura de «Pocho» se recortó entre las nueve víctimas en Santa Fe (ocho en Rosario) por su condición de militante en los barrios postergados de la ciudad.

Claudio Hugo Lepratti nació el 27 de febrero de 1966 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y tras cursar sus estudios primarios y secundarios -estos últimos en una escuela salesiana-, inició la carrera de abogacía en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que decide dejar para ingresar al seminario salesiano en Funes. En esos años conoció en el asentamiento de barrio Ludueña al cura en la Opción por los Pobres, Edgardo Montaldo.

Lepratti se fue a vivir a Ludueña y ahí realizó múltiples actividades con los niños. Además, a su tarea social de base en Ludueña sumó su militancia gremial en ATE y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), de la que fue congresal.

 

Antes y ahora

La militante social también hizo un paralelismo entre la crisis y la represión de 2001 y la situación política y de seguridad actual: “Las impunidades de ahora están relacionadas con las de ayer. Esas impunidades habilitaron otras impunidades lamentablemente”.

“Hay una continuidad de lo que viene sucediendo. Hay una ciudad que sangra, en la que parece que no hay posibilidad de cuidar la vida de las personas, y en ese momento no importó. No había trabajo, no había hambre, les robaron los ahorros a las personas. La gente se empezó a organizar para decir basta de atropellos, a 20 años estamos a punto de presenciar un nuevo acuerdo del Gobierno con el Fondo. Hay cosas que no han cambiado, la deuda es con el pueblo, con la salud, la educación, con todo lo que se necesita para que la gente viva pudiendo gozar de sus derechos. Cuando hablamos de inseguridad es todo lo que a la gente le falta. Hablamos de la connivencia del estado con las economías delictivas que siguen creciendo. Con estos pactos que se hacen de espaldas a la gente”, afirmó la ex edil de Rosario.

Llegamos a este nuevo aniversario contando que todo ha ido empeorando

“Llegamos a este nuevo aniversario contando que todo ha ido empeorando, llevándose cosas importantes como creer, no hay confianza, no hay tranquilidad en la gente. Por otro lado, dando una lucha silenciosa, que ese trabajo de hormiga. Es necesario no bajar los vasos. Insistimos que nos merecemos vivir y relacionarnos de otra manera”, cerró la hermana de “Pocho” Lepratti.

En 2004 fue condenado a 14 años de prisión el policía santafesino Esteban Velázquez, por el asesinato en Rosario de Claudio «Pocho» Lepratti. Y en 2014 quedó firme la condena a dos años y ocho meses de prisión condicional de los policías santafesinos Roberto De la Torre, Rubén Darío Pérez, Marcelo Fabián Arrúa y Carlos Alberto de Souza, por encubrimiento.

 

Producción Audiovisual

Entrevistas: Federico Morel

Edición: Hernán Cabrera