Foto de portada: Obra de Micaela Blasco

 

Por Graciana Petrone

Con el objetivo de visibilizar el trabajo del colectivo de artistas de la ciudad, en especial aquellos cuyas obras circulan por fuera del espacio convencional, desde la Secretaría de Cultura y Educación municipal lanzaron el primer encuentro “Paseo de las Artes”, en las escalinatas de la Aduana, en Sargento Cabral y el Río. Allí se convocaron cerca de un centenar de artistas que expusieron y vendieron sus creaciones en un lugar, tanto estratégico como emblemático de Rosario.

“¿Quién resistirá cuando el arte ataque?”, esboza en diálogo con Conclusión el secretario de Cultura municipal Dante Taparelli, parafraseando al Flaco Spinetta con el estribillo de una de sus canciones.

Y el arte atacó. Fue este pasado domingo 27 de marzo de cara al río Paraná en donde convivieron producciones del reconocido acuarelista Jorge Losada, hasta de artistas que tuvieron su paso por galerías y otros que hasta ese día no habían encontrado un espacio en donde mostrar sus obras. Estos últimos, casi como un reflejo de aquella definición de arte marginal que acuñó el francés Jean Dubuffet a mediados del siglo pasado para distinguir a aquellos  autodidactas o sin formación académica que producían, pero tenían dificultades para exhibir lo que hacían.

“La idea es romper los alambres que contienen a los artistas y que puedan mostrar sus obras a toda la ciudad, y además venderlas”, señaló Taparelli frente a lo que definió la zona de la “Petit París” de Rosario y agregó:

“Porque el artista, como digo siempre, antes de ser artista e un trabajador y necesita vender sus obras”.

El encuentro comenzó a las 10 y culminó alrededor de las 18 tras una primera jornada que promete repetirse. “Todavía no hay fecha definida, estamos reuniéndonos con el área de Turismo de la ciudad y definir una nueva fecha. Fue impresionante la convocatoria, la cantidad de llamados de agradecimiento que estamos recibiendo”, dijo a este medio el dibujante y docente Carlos Barocelli, iintegrante de la Secretaría de Cultura y referente artístico de los espacios no convencionales como centros municipales de distrito o bibliotecas populares.

Bajo un sol semi otoñal, convivieron el hiperrealismo, el grabado, lo abstracto, la cerámica, el collage, las acuarelas, acrílicos y óleos mientras ocurría lo impensado: la gente no sólo preguntaba por arte, sino que también compraba cuadros y otras creaciones.

“Es una nueva manera que le da un nuevo espacio al colectivo de artistas, sin discriminación de ningún tipo”, dijo el secretario de Cultura y concluyó: “Las instituciones privadas son reducidas y no tienen la posibilidad de contender a todos y todas las demandas de artistas”.