Mirada crítica de vecinos y comerciantes del centro rosarino ante la falta de control de las motos que ingresan al área central, ya que aseguran es el vehículo más utilizado para delinquir en la zona. “El gran problema que tenemos de inseguridad no se debe principalmente a los escruches ni robos en la vía pública de a pie, sino a los motochorros”, dijo a Conclusión el referente de la Asociación Casco Histórico de Rosario, Fabio Acosta.

Todos los hechos delictivos que tuvimos los últimos meses fueron con motos”, aseguró indigando al tiempo que señaló que “el objetivo tiene que ser pedir papeles y los que estén al día y como corresponde que sigan, los que no deben ser retenidos para averiguar antecedentes. Porque si no, les retiran la moto, se van caminando, y a las dos cuadras roban otra y siguen delinquiendo”.

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En ese sentido consideró que “el Municipio no reacciona. Debe ser parte de una política pública pedir documentación y hacerlo de forma permanente, porque sino a los dos días que dejaron de controlar tenemos los mismos problemas” y en seguida completó: “El centro no es ajeno a la problemática de un barrio, y sobre todo por los bancos, es una zona de gran circulación de dinero que debe estar controlada”.

En la misma línea, Acosta se refirió a las “mecheras”. “Ha crecido mucho esta actividad delictiva porque la policía las detiene pero al mismo día salen liberadas porque no le ecuentran la mercadería encima. Hay que trabajar conjuntamente con Fiscalía porque es quien da la orden de dentención o liberación”.

Más obras

Desde la Asociación Casco Histórico exigen un plan de inversión y planificación del espacio público para poner en valor las zonas deprimidas. Entienden que esas acciones pueden atraer más inversiones. En ese sentido, apuntaron la necesidad de rescatar el inicio de peatonal Córdoba, desde Laprida; la plaza Montenegro; y puntualizaron con énfasis la necesidad de retomar la obra de recambio de solados en la peatonal San Martín, entre Rioja y Mendoza.

“Las autoridades están al tanto de lo que está pasando, y durante los últimos cuatro años la poca obra pública que se hizo fue a través del plan Abre”, dijo Acosta y agregó: “Ahora hay una transición, no sabemos las partidas disponibles para obra pública, pero había muchos proyectos que quedaron paralizados totalmente”.

Entre las principales falencias destacó los adoquines levantados, la histórica demanda de comerciantes de peatonal San Martín entre Rioja y Mendoza, veredas rotas, basura en el piso, problemas con la poda de árboles, y con la iluminación.

“Necesitamos una mesa de coordinación ejecutiva del centro rosarino. Pero el Ejecutivo no nos llama, está interesado en otros temas”, lamentó a modo de cierre.