El Concejo Municipal declaró “religioso distinguido post mortem” a monseñor Eduardo Mirás, quien fue arzobispo de Rosario desde 1994 hasta 2006. La iniciativa fue presentada por la concejala Norma López, del bloque Frente de Todos, “en reconocimiento a su trayectoria en la defensa de los derechos de las y los trabajadores” como también “por su compromiso ciudadano y su mediación a través del diálogo en los violentos acontecimientos de diciembre de 2001 convirtiéndose en un referente social y religioso en la ciudad”.

Mirás falleció en febrero pasado, a los 92 años, a causa de una neumonía producto del covid. De extensa trayectoria dentro de la estructura eclesiástica, desde el Palacio Vasallo coincidieron en recordarlo por su participación extra muros, por su particular cercanía con los vecinos cuando, siendo el principal referente del Arzobispado de Rosario en plena crisis y enfrentamientos sociales del 19 y 20 de diciembre de 2001, medió entre la policía que intentaba reprimir a vecinos de Villa Banana, entre otras intervenciones.

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La presencia del religioso logró frenar en inmediaciones de Felipé Moré y Godoy (hoy Presidente Perón) los ánimos, dialogó con los uniformados que disparaban balas de goma y con vecinos que respondían con piedrazos. Así, evitó calmar los ánimos en aquellos fatídicos días de diciembre de 2001.

Es por ello que, tal como consta el artículo Nº2 del expediente 262867 aprobado por el Concejo Municipal, luego de llevar a cabo un acto homenaje junto con sus familiares y amigos, se colocará una placa en su memoria “priorizando la zona del Centro Municipal de Distrito (CMD) Oeste”, donde el religioso recorrió las calles y estableció así un contacto estrecho con los vecinos de la zona que se prolongó en el tiempo.  

Mirás también es recordado por sus homilías en defensa de los trabajadores en las misas que oficiaba cada 1º de Mayo.

Al momento de su muerte era arzobispo emérito de Rosario. En los días previos a su deceso recibió un mensaje del Papa Francisco que mostraba la relación y confianza que había entre ambos: “Me enteré de que estás medio clueco, que te pasó el covid. Rezo por vos y te pido que lo hagas por mí (…)”, le había escrito Jorge Bergoglio.