Según cuentan los que saben, las cientos de historias que se tejieron en la ciudad de Rosario a principios del siglo XX, la mayoría de ellas relacionadas con la mafia, le valieron el mote, que perdura hasta nuestros días, de «Chicago» argentina. Sin embargo, hay otra versión al respecto, la que dice que en realidad, esa comparación se debe más a la gran expansión de la industria frigorífica y al intempestivo crecimiento que la misma ocasionó, lo que  que le valió la equiparación con la ciudad norteamericana. Sea cual fuere el origen, ese sobrenombre quedó íntimamente ligado a la identidad de la ciudad, identidad sobre la que han trabajado investigadores y escritores en el libro «Historias de la Chicago Argentina». 

En el la publicación, editada por la Universidad Nacional de Rosario, conviven textos de 8 autores,  entre ellos, Alicia Megías; Agustina Prieto; Mario Glück; Javier Chapo; Analía Vanesa Dell´ Aquila; María Pía Martín; María Luisa Múgica y Pablo Montini. En cada uno de ellos puede rastrearse parte de la historia de los orígenes de Rosario.

Conclusión entrevistó a Mario Glück, doctor en Humanidades, investigador y profesor de Historia y a la historiadora Alicia Megías, quienes contaron un poco sobre el surgimiento de la obra y sus entretelones. 

«Somos un grupo de investigadores que trabajamos sobre este tema desde hace unos 20 años», apuntó Glück, quien reveló que siempre se sintió motivado por la historia de la ciudad, porque «es ver las cosas que uno ve normalmente de una manera distinta. Uno descubre de repente muchísimas cosas».

«Rosario es una ciudad muy variada, como todas las grandes urbes, pero en chiquito. Ese es el sentido y la cuestión que nos ha movilizado para hacer este libro», agregó.

El investigador aseguró que «Rosario es una ciudad que carece de archivo«, por lo que la tarea de recolectar información fehaciente no fue fácil. «No hay un archivo centralizado en la ciudad, cosa que en otras ciudades han cuidado eso. Rosario como es una ciudad que tiene una cuestión cambiante, es difícil encontrar algo», aseveró Glück.

Sobre las similitudes entre Chicago y Rosario, el doctor en Humanidades explicó: «En realidad, nosotros evitamos la relación con la Chicago de los años ´30. En principio se la llamo Chicago por distintos motivos. Y el primero de ellos, siguió permaneciendo con el correr del tiempo, que era el de la ciudad que crece de golpe. En América hay solo tres ciudades que crecen de un día para el otro y que tiene que ver con la economía agrícola y el comercio: San Pablo, Chicago y Rosario. Chicago era el ejemplo y por eso se la llamo La Chicago Argentina. Nosotros quisimos ver ese momento de crecimiento donde realmente se transforma en lo que era un villorrio a una ciudad, que no solamente por el decreto que la nombra ciudad, o sea, el decreto viene a legalizar una situación que ya se estaba dando».

La doctora Megías, al preguntarle sobre la importancia de haber publicado este libro, expresó: «Digamos que es interesante, porque tiene una génesis que no tienen otras ciudades, este tema que no tuvo fundación. Se fue formando un nucleamiento acá en torno a la Catedral, simplemente porque el lugar estaba muy cerca, había una barranca, la tierra era fértil, no estaba tan lejos de Buenos Aires y esto supuso que poco a poco la gente lo eligiera como lugar para vivir. Y una vez que se inició el pueblito, que además estaba en un cruce de rutas, porque para ir a Paraguay, Córdoba había que pasar por Rosario, todas esas cuestiones incrementaron esa primera población. Y un tiempo después, como esa población era prometedora, llegaron cantidades importantísimas de inmigrantes. Fue exponencial«.

La escritora e historiadora, contó que «a partir de 1840 empiezan a llegar las primeras oleadas de genoveses que eran marineros, se instalan acá y se dedican al comercio fluvial. Y después de 1852, cuando Rosario, además de tener muchas posibilidades de crecimiento y enriquecimiento, se transformó en un polo financiero, en un lugar expansivo, fue elegido por los inmigrantes. Los inmigrantes que venían a hacer la América encontraban que este lugar era muy prometedor».

Al consultarle a la especialista por qué recomendaría la lectura de «Historias de la Chicago Argentina», Megías definió que «el libro supone un montón de miradas cruzadas sobre características de esta ciudad en distintos momentos de su historia, pero todas con una perspectiva innovadora. Se pueden leer cosas interesantes y muy poco o nada conocidas sobre la historia de Rosario. Probablemente contribuya a descubrir cuestiones en el presente que tienen larga data y que no se las considera así».