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La ciudad de Rosario continúa bajo ataque de grupos delictivos. Este lunes por la noche se vivió una jornada convulsionada, ya que por la mañana un colectivo recibió una nota amenazante, y durante la noche la advertencia se concretó, ya que dos unidades fueron agredidas violentamente. Uno de los colectivos fue baleado, mientras que otro recibió impactos, que no se informaron si provenían de piedras o balas. Otro colectivero, además, denunció escuchar disparos de arma de fuego durante su recorrido.

A raíz de nuevos atentados a colectivos, los colectiveros definieron una medida de fuerza, a la que se adhirieron los taxistas, quienes suspendieron el servicio hasta las 6 de la madrugada. Por lo tanto, durante la noche del lunes y primeras horas del martes, el parate en el servicio de de transporte de Rosario fue total.

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Los episodios de este lunes se suman a varios de similares características en los que unidades del transporte público fueron blanco de ataques. El suceso más trágico tuvo lugar el pasado 7 de marzo cuando Marcos Daloia, de 39 años, fue asesinado cuando se encontraba desempeñando su labor. El hombre permaneció grave en el Heca durante tres días, hasta que finalmente murió.

Meses atrás (el 3 de diciembre del año pasado), también fue asesinado el chofer César Roldán, de 43 años, con la misma modalidad, cuando alguien paró el colectivo y al frenar, comenzó a dispararle.

Durante la tarde del martes se realizó una reunión en la sede Rosario de Gobernación con la presencia de funcionarios de la cartera de Seguridad, el intendente Pablo Javkin y representantes de los trabajadores del transporte.

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Al cierre del encuentro, el jefe comunal afirmó que “esto pasa por una decisión de atacar el funcionamiento normal de la ciudad a partir de los servicios públicos. Lo hicieron así hace quince días con cuatro homicidios, y ayer con amenazas, que no solo se dieron ayer, pasó también con centros de salud, por ejemplo”.

“Nadie niega la gravedad de la situación. Queremos que la ciudad funcione normalmente, pero no somos temerarios y entendemos que dos choferes fueron asesinados en el último tiempo”, agregó.

Sobre las medidas tomadas durante el cónclave, el intendente se mostró reticente a comentar detalles de los operativos, con el fin de mantener la confidencialidad de los procedimientos que se llevan adelante. Sin embargo, se mostró enfático en su intención de “no retroceder en ninguna de las medidas que se adoptan en cárceles”.

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El intendente habló de la profundidad del problema, pero también de la incapacidad de solucionarlo, al comentar que “quiero dejar en claro es que no es que antes no teníamos hechos, tuvimos 300 homicidios en la ciudad”.

Consultado sobre la efectividNad de las reuniones, el intendente aclaró que “para solucionar el problema tenemos que reunirnos y escuchar a los choferes”.

Por su parte, el secretario de Análisis y Gestión de la Información del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, Esteban Santantino, reconoció: “Los hechos son muy difíciles de prevenir, tienen esa particularidad. Son hechos aleatorios, agresiones desde el exterior del colectivo”.